Desmienten la desaparición de Anabelle, la muñeca que inspiró la película
Chris McKinnell, nieto de Ed y Lorraine Warren, le salió al paso a los rumores que circulaban en redes sociales.
La muñeca Annabelle fue un juguete Raggedy Ann que fue regalado a una joven llamada Donna. Foto: Colprensa / ANNABELLE
En la mañana del 14 de agosto se conoció, a través de redes sociales, que la muñeca Annabelle, quien se encuentra archivada en una vitrina sellada en el Museo Oculto de los Warren, supuestamente había desaparecido.
Inicialmente no se conoció ningún reporte oficial acerca del paradero de la muñeca, aunque las reacciones en redes sociales no se han hecho esperar.
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Sin embargo, ante los rumores, Chris McKinnell, nieto de Ed y Lorraine Warren, la pareja de expertos en estudios de fenómenos paranormales y propietarios del museo, se pronunció a través de su cuenta de Facebook para desmentir la información.
"Existen rumores ridículos sobre Annabelle que dicen que "escapó" de su caja durante un extraño intercambio de dinero y ya no está en el museo. ¡Eso no es cierto! La muñeca ha estado custodiada de forma segura desde 1975. Solo se pone, ocasionalmente, en una caja de exhibición viajera para eventos especiales", escribió McKinnell.
McKinell, quien es exorcista, también es consejero en The Warren Legacy Foundation y tiene un canal en YouTube, llamado 'The Warren Files', en el que publica contenidos relacionados con el trabajo de sus familiares vinculados con hechos paranormales.
Cabe recordar que la muñeca Annabelle, un juguete Raggedy Ann que fue regalado a una joven llamada Donna, inspiró una serie de películas del mismo nombre entre 2016 y 2019. Esto, después de que su historia trascendiera al aterrorizar a un pueblo estadounidense en la década de los 70.
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Posteriormente, una medium confirmó que el objeto había sido "poseído" por el espíritu de una niña de siete años llamada Annabelle Higgins, quien habría fallecido en ese lugar. Por este motivo, su dueña acudió a Ed y Lorraine Warren, quienes le practicaron un exorcismo al juguete y se lo llevaron a su museo, donde permanece hasta hoy según McKinnell.