El desplazamiento forzado podría generar hipertensión
Un estudio de la Universidad de Los Andes asegura que los factores sociales puede influir en el desarrollo de esta enfermedad.
A pesar que tradicionalmente, se cree que la hipertensión tiene que ver con factores hereditarios y comportamientos poco saludables; el estudio identificó que factores como el desplazamiento forzado y el estrés que este genera influyen en las condiciones propicias para el desarrollo de esta enfermedad.
Al menos eso es lo que ha determinado el estudio ‘Abordando los determinantes sociales de la hipertensión en Quibdó’ que fue realizado por la Escuela de Gobierno de la Universidad de los Andes y que demuestra que es necesario reconocer la relación entre las condiciones de vida urbana y el riesgo de hipertensión en Quibdó.
Según el investigador, el desplazamiento se puede conectar con la hipertensión de diferentes formas. Por ejemplo los recursos que recibe una persona desplazada son escasos. Tienen que comprar lo más barato, que no necesariamente es lo más saludable.
Igualmente, dentro de las conclusiones se señala, que estas personas provenientes de las zonas rurales que tenían todo lo del pancoger llegan a un sitio donde necesitan dinero para comprar lo del día a día, lo cual genera estrés, factor de riesgo en el aumento de la tensión arterial.
Así también según Lucumí, el reconocimiento de la hipertensión desde una perspectiva social abre la posibilidad de comprender que su desarrollo y, por tanto, su prevención, requieren reconocer los contextos y factores que influencian la forma en la cual las personas nacen y viven.
En Colombia, 4 de cada 10 infartos y 6 de cada 10 “derrames cerebrales” están asociados a la hipertensión. Chocó, es uno de los cinco departamentos de Colombia donde mueren más personas por causas relacionadas con la enfermedad. Además, La prevalencia de la hipertensión en Quibdó es 22 % para las mujeres y 16 % para los hombres, mientras la prevalencia de prehipertensión fue de 37 %.
La encuesta se aplicó en dos de las seis comunas de la ciudad, y en ella se indagó sobre la percepción de sus habitantes en temas como seguridad, discriminación, oferta de servicios, hábitos de alimentación y comportamientos en actividad física. Todos ellos factores que predispondrían a los habitantes a sufrir de hipertensión.
Para Diego Lucumí, “el reconocimiento de la hipertensión desde una perspectiva social abre la posibilidad de comprender que su desarrollo y, por tanto, su prevención requiere reconocer los contextos y factores que influencian la forma en la cual las personas nacen y viven”.
Al final de 2018, se espera contar con un plan de acción de cinco a diez años que permita plantear soluciones a partir de esta construcción colectiva y de la evidencia recogida, asegura el médico.