"Sonríe, te amo", fue el mensaje del día del padre que recibió en Tunja el médico Sánchez
Uriel Sánchez lleva 16 años como médico, saludo a sus hijos a través de una vídeo llamada en el día del padre, y luego siguió trabajando con los pacientes con coronavirus.
Uriel Sánchez, es coordinador asistencial del hospital San Rafael de Tunja. Este 21 de junio, día del padre, debe cumplir la misión de estabilizar a los pacientes que llegan a la Unidad de Urgencias, por donde primero pasan los pacientes COVID-19 que luego serán trasladados a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
"El servicio cada día más se activa, hay más pacientes. Estamos trabajando, pero también recibiendo mensajes de cariño de mis dos hijos por el día del padre", cuenta.
Narra que, él y sus compañeros, no salen cuando están trabajando para proteger a sus familias, entonces realizan turnos totalmente herméticos.
En medio del turno, suena el celular, es su hijo de 15 años, es una video llamada y le canta una canción de Vicente Fernández, mientras su pequeña hija le dice: "sonríe, te amo".
"Valoro mucho que mi hijo me cantará, él es muy tímido, eso me emocionó, fue una videollamada. Mi hija me mandó una cartica con dos mensajes", explica.
Uriel cuenta que deben trabajar la parte psicológica, tanto de los pacientes como en el personal de salud.
"Cada vez los pacientes se alteran más y nos toca entrar a jugar ese rol de pacificador y motivador, que la vida continúa. (...) No reciben visita, entonces eso aumenta la depresión, pero hay que hacerles el acompañamiento", dice.
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Reconoce que dentro de las unidades, al personal de la salud les cambió la vida después de la pandemia. "No se va a volver a examinar un paciente como lo veníamos haciendo, El acercamiento con los demás compañeros de turno es cada vez más distante, y es la única forma porque el COVID nos cambió la forma de ver y valorar la vida", reflexiona el padre de los dos niños.
Una vez termina el turno, Uriel hará el protocolo de desinfección para poder salir a casa, y llegando allí cumplir otro ritual.
“En la casa es otro video, así lo llamo, me quito la ropa afuera, entro directo al baño, lavo mi ropa, me juago, y luego saludar a mi familia", narra.
Dice que sus hijos no entienden como la sociedad puede rechazar a su padre y a los médicos. "De verdad no entienden como el papá se expone a un contagio, incluso la muerte con la poca aceptación de la ciudadanía".
Pero el respaldo de su familia sana, esa heridas provocadas por la sociedad, incluso con la promesa de sus dos hijos que quieren ser médicos cuando grandes.