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Propietarios de hostales albergan a víctimas de violencia intrafamiliar en Villa de Leyva

Se trata de un bogotano y una uruguaya que se conocieron en Brasil, viajaron por Suramérica y llegaron a Villa de Leyva donde se quedaron a vivir.

Paula Cubero, de nacionalidad uruguaya, y el bogotano Daniel Martínez, se enamoraron en Brasil, recorrieron Suramérica en un vehículo modesto donde lideraron una fundación cultural itinerante, después de largos años se instalaron en Villa de Leyva y abrieron dos hostales.

“En principio nosotros éramos un hostel para viajeros, y decidimos después de finalizar la contabilidad con los huéspedes que estuvieron haciendo cuarentena, habilitarlo como refugio temporal para personas en estado grave de vulnerabilidad”, dice Cubero que además es pedagoga.

Daniel, dice que el sector turístico está en jaque mate, y mientras se supera, hay que ayudar a quienes lo necesitan, para ello cuentan con el respaldo de amigos y familiares que viven en Bogotá.

Según Daniela Montaña, trabajadora social de la Comisaria de Villa de Leyva, la idea de Daniel y Paula: es brindarles un espacio a las mujeres maltratadas para que puedan dormir cómodas y con un mercado básico.

Los dos hostales tienen una capacidad para 45 personas, las habitaciones tienen baño privado y cocinas compartidas, Paula aporta su granito de arena, desde la pedagogía para mantener arriba el ánimo de las mujeres.

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Son familias de diferentes orígenes, por eso hay que hacer actividades cotidianas, mantener el equilibrio y la paz, además, autosuficiencia de cada una de ellas; se hacen talleres de pan, que ellas hagan su propio pan, tenemos una huerta que estamos sembrando, entre otras cositas más”, cuenta.

En sus hostales, que en una temporada normal se hospedan muchileros europeos, a las mujeres se les brinda herramientas de conocimientos de autogestión como manejo de residuos y soberanía alimentaria.

“Esto va a durar otros tres meses, qué son los recursos propios con los que yo puedo solventar a estas personas, y si ya no aparece más aportes, pues me va a tocar, como todos los hoteleros aquí en Villa de Leyva, cerrar mi negocio”, explica Daniel.

Para la Daniela, trabajadora social, la iniciativa de Paula y Daniel enriquece al municipio. “Nunca había tenido el acompañamiento y un hogar de paso que sirviera para las mujeres víctimas de violencia intrafamiliar”.

Daniel Martínez, publicista, dice en tiempo normal los hospedajes están entre $25.000 y $85.000, sabe del momento difícil para la economía de Villa de Leyva, pero reconoce que para recibir primero hay que dar, invertir tiempo y recursos para generar un proyecto, para incentivar a las personas.

La pareja confiesa que les da nostalgia ver el pueblo solo, pero igual, para ellos, es lindo, aman los valles, las cascadas y su arquitectura por eso no paran, porque también quieren a su gente.