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Indígenas de la Sierra cuentan con novedosa sala virtual gracias a la Unimagdalena

Con el apoyo de la empresa privada, el resguardo Kogui-Malayo-Arhuaco recibió equipos de tecnología y mobiliarios para que los estudiantes participen de las clases.

Indígenas de la Sierra cuentan con novedosa sala virtual gracias a la Unimagdalena. Foto: Cortesía

La pandemia del nuevo coronavirus ha cambiado las metodologías de hacer las cosas, la academia sufrió grandes variaciones en la forma como ahora se debe impartir el conocimiento. En una región rural y de difícil acceso, llega una importante inversión tecnológica que permite que estudiantes de la Universidad del Magdalena y del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) continúen su ciclo académico en medio de la Sierra Nevada de Santa Marta.

Este campus virtual, dotado con internet satelital, computadores, tabletas, mobiliarios requeridos y paneles solares para garantizar la energía contante en esta sala de estudio, se dio gracias al asocio de la empresa privada y al liderazgo del rector de la institución de educación superior del departamento, Pablo Vera Salazar, quien atendió al llamado de las comunidades indígenas.

El sitio bautizado como Murúnmuke“espacio de diálogo con el territorio y la montaña”, favorece a 18 alumnos que desde su resguardo ahora reciben los contenidos de cada asignatura.

El COVID-19 nos ha hecho expandir los límites de la Universidad y decidimos llegar hasta allá e inaugurar este campus, lo hicimos gracias al apoyo del Grupo Daabon, la Fundación de Trabajadores Bananeros y Energía Solar del Caribe que gratuitamente instalaron los paneles, demostrando que cuando se suma y no se resta, se incluye, en lugar de excluir, y lo imposible se vuelve posible”, precisó el rector Vera.

 

La idea inicial de esta obra nació de Ati Gúndiwa Villafañe, estudiante de Economía y líder indígena, quien manifestó lo que significa para los pueblos ancestrales que las nuevas generaciones se formen a pesar de los obstáculos que puedan surgir en el camino.

Es para nosotros una oportunidad de poder sacar nuestras carreras adelante, es un avance que muestra el compromiso y que responde a la necesidad de los estudiantes y los padres de familia de traer la Universidad. El grupo de juventudes Murúnmuke queremos agradecer a todos los que se han sumado a este proyecto, que es el inicio, la semilla de sueños más grandes que queremos seguir tejiendo”, indicó Ati.

En el centro virtual también se forman estudiantes de etnoinstituciones de la zona. La obra tuvo una inversión cercana a los $40 millones de pesos y el servicio de internet satelital, que tiene un contrato por $5 millones anuales, corre por cuenta de la Universidad.

No descartamos que este campus se convierta en un espacio de formación continua para nuestros indígenas. Ideamos que podamos hacer presencia con proyecciones de películas, capacitaciones e incluso servicios de telemedicina y talleres para docentes en estas áreas de influencia”, concluyó Pablo Vera Salazar.