En Isla Fuerte, Cartagena, denuncian que llevan cuatro años sin luz y sin salud
Los pobladores le contaron a La Hora del Regreso que con IPSE, el operador del servicio en la región, solo cuentan con tres horas de luz durante todo el día.
Este corregimiento de la capital de Bolívar, ubicada al sur del Golfo Morrosquillo, sus habitantes viven a oscuras y sin servicios de salud en la isla costera que limita con Córdoba, pero hace parte de la ciudad de Cartagena.
Los ciudadanos de esta población, representados por Paola Cardona, Lázaro Blankiset y Juan Carlos Fuentes denunciaron que solo tiene acceso al servicio básico de la luz durante tres horas al día y esto es, estaría relacionado con la mala administración del operador de la energía, el Instituto de Planificación y Promoción de Soluciones Energéticas para Zonas No Interconectadas (IPSE).
De acuerdo a Cardona, quien vive en esta población desde hace nueve años, el proyecto de un sistema híbrido de combustible Diesel y fotovoltaico, es decir, con luz solar en el día y gas licuado en la noche, no les ha permitido gozar de un día entero con energía constante y solo pueden tener acceso al servicio entre tres y cuatro horas por día.
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"El sistema fotovoltaico no funciona correctamente, tenemos cobros excesivos en la factura y hace cuatro se suspendieron los subsidios para el pago, todo esto por varios problemas que ha tenido el operador de ese servicio y su mala administración", aseguró la ciudadana.
Por otra parte, los habitantes de Isla Fuerte no cuentan con un servicio de salud y para ser atendidos, deben trasladarse hasta San Bernardo del Viento, en Lorica al centro de salud de ese municipio cordobés.
"Estamos críticos con la salud, acá nosotros nos enfermamos y nos toca curarnos con agua de sal. Tenemos un centro de salud, pero de nada sirve porque no hay médicos ni enfermeras", denunció Blankiset.
Estas situaciones ya han sido denunciadas por los ciudadanos a la Superintendencia de Servicios y a las correspondientes administraciones municipales en Cartagena, pero siguen sin tener respuesta positiva y han terminado por condenar a Isla Fuerte al atraso tecnológico, la afectación escolar y la inexistente prestación salud a sus pobladores.
