En cuarentena la naturaleza no para: en Córdoba nacen 20 caimanes aguja
La especie estaba en vía de extinción y hoy es conservada en la Bahía de Cispatá.
En medio de la cuarentena originada por el coronavirus, la naturaleza no para. En Córdoba, nacieron 20 caimanes aguja o Crocodylus Acutus, llamados así por su hocico puntiagudo.
El nacimiento de los reptiles se dio en una zona considerada como un verdadero paraíso terrenal, la Bahía de Cispatá, un lugar rico en manglares con un sistema estratégico único por su funcionamiento ecológico, el cual ha sido reconocido internacionalmente.
Este mágico lugar está ubicado en el municipio de San Antero, donde antes la especie estaba en vía de extinción y hoy es conservada por quienes eran sus cazadores; esto gracias a un programa liderado por dos biólogos desde el año 2004, uno de ellos es Giovanni Ulloa.
“Durante los últimos 14 años, la comunidad se dedicó a criar y a liberar cocodrilos. Liberaron más de 15 mil unidades; y literalmente, lo manglares volvieron a tener unas poblaciones importantes de cocodrilo. El nacimiento de estos 20 animales que fueron más, por lo menos este año de acuerdo con los estudios científicos que llevamos ya registros de 15 años, nacieron unos mil animales. Sin embargo, estos 20 fueron los sorprendidos por el grupo de excazadores de la Bahía de Cispatá”, precisa Ulloa.
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Agrega que, el panorama que hoy se evidencia en la Bahía de Cispatá, sería el resultado de la articulación científica, institucional y comunitaria.
“En la actualidad, no estamos liberando más animales porque consideramos que ya estamos llegando a una capacidad de carga, pues ya hay suficientes animales para mantener la especie en la Bahía de Cispatá. En el resto del territorio nacional la especie sigue siendo vulnerable y está en peligro de extinción”, sostiene el biólogo quien es el director el director científico del proyecto de Conservación del Caimán Aguja en la Bahía de Cispatá.
“La Bahía de Cispatá tiene los mejores manglares ordenados y esto es en parte a las acciones de la Corporación Autónoma Regional de los Valles del Sinú y San Jorge-CVS”.
Del proyecto también nació la Asociación Comunitaria para la Conservación del Caimán Aguja-Asocaimán, conformada por 18 excazadores de cocodrilo.
“Estábamos acabando esa especie y ya la recuperamos. Queremos hacer uso sostenible sin acabarla, esto es traer los huevos del medio e incubarlos acá; y devolverle un 50% a la ciénaga y el otro 50% se hace el respectivo uso. Nunca vamos a traer cocodrilos del medio para sacrificarlos”, manifestó Nelson Rosales, quien hace parte de la Asocaimán.
Entre los biólogos que ha liderado este proyecto, se encuentra Clara Sierra, quien explica la importancia de conservar este reptil que, generalmente, miden hasta 5 metros.
“El caimán aguja mantiene la salubridad del ecosistema, debido a que por su función depredadora, elimina organismos indeseables (enfermos o con malformaciones), su materia fecal aporta aminoácidos esenciales que se requieren para el funcionamiento de las cadenas tróficas y otros”, puntualizó la bióloga.