Judicial

La verdad del mayor Parga en la JEP contra generales y coroneles

En su explosivo relato, el excomandante del Gaula de Córdoba incriminó gravemente al general Raúl Rodríguez, quien aparece en fotos con el 'Ñeñe' Hernández.

La W tuvo acceso a la explosiva versión voluntaria del mayor (r) Julio Cesar Parga, excomandante del Gaula de Córdoba y de la Fuerza de Reacción Divisionaria (Fured), quien es uno de los oficiales condenados por mayor cantidad de ejecuciones extrajudiciales en Colombia con un total de 48 (por el momento).

En la diligencia, señaló que, aunque llegó completamente "limpio" a la Fuerza Fured a inicios del 2006 y realizó una operación extensa sin bajas en la Sierra Nevada de Santa Marta, pronto le dijeron que así no se trabajaba allá en el Caribe, o como un mayor le dijo: el "Ejército del Norte".

Según su relato, el propio comandante de la primera división, general Justo Eliseo Peña, lo llamó a regañarlo por ese patrullaje sin bajas y le dijo que "allá no se caminaba", llamado de atención al que se sumó el general Luis Felipe Paredes, excomandante de la Segunda Brigada del Ejército para la época.

"Lo primero que recibo es: no hermano aquí no se viene a caminar, esto es aquí a hacer operaciones de asalto. -¿Quién le dijo aquí no se viene a caminar? (pregunta magistrado)- responde: el general Peña. Le dije, pero si esos soldados no hacen operaciones de asalto... y el general Luis Felipe Paredes la cogió contra mí: no es que aquí no es así, aquí son grupitos pequeños y salen y se emboscan y dan de baja uno o dos bandidos que anden por ahí, me dijo" sostuvo.

Durante la diligencia, el mayor salpicó a otros soldados, coroneles y generales, entre ellos el general Raúl Rodríguez Arévalo, hasta el año pasado Jefe de Estado Mayor de Operaciones del Ejército, quien aparece en fotos con el cuestionado José 'Ñeñe' Hernández.

Por ejemplo, relató cómo se planearon las bajas ilegales en las que fallecieron Douglas Tavera y Danny Sarmiento, y señaló que realizó la operación criminal a petición del fallecido coronel José Salazar Arana, quien comandaba en ese momento del Batallón de Alta Montaña 6 y necesitaba aumentar sus registros (El Batallón de Ingenieros 30 lleva actualmente el nombre de ese coronel).

Pero sobre Rodríguez, el compareciente señaló que participó en su condición de comandante del Batallón La Popa y que el mismo hoy general Rodríguez le prestó una camioneta (consciente de para qué se trataba) con el fin de salir a buscar a una víctima que se había salvado, la cual hallaron y fue rematada.

"El que llevó las víctimas hasta el sitio donde fallecieron fue el soldado Daniel del Batallón La Popa, quien era el que estaba encargado de hacer esos resultados por orden del coronel Rodríguez. Quien tenía a su sargento De Oro, que era el jefe de inteligencia, que tenía como enlace encargado de hacer esos falsos positivos al soldado Daniel" señaló.

Además, manifestó que, en otros hechos, al preguntarle directamente al general Rodríguez, como se indica para la época coronel, por una operación irregular que se ejecutó el 26 de febrero de 2006 con dos de sus pelotones, le confesó de qué se trataba y le pidió que los "dejara trabajar".

Según su conocimiento, aseguró con contundencia que la totalidad de bajas que presentó el general Rodríguez Arévalo cuando comandó el Batallón La Popa fueron falsos positivos y que el segundo comandante mayor Guillermo Gutiérrez (imputado por la JEP por hechos hasta el 2005) era un enlace que recibía dineros de las Autodefensas, incluso que le llevó un soborno que venía de parte del paramilitar Adolfo Guevara Cantillo alias '101', el cual no recibió.

"El coronel Rodríguez tiene 150 falsos positivos, no tiene una baja en combate legal y se lo aseguro señor magistrado. Todo el mundo encubriéndolo, cuando tenía a los paramilitares a kilómetro y 700 metros y no fue capaz de atacarlos, 2.000 paramilitares ahí y no fue capaz ni de repartirles ni hostias ahí al lado" sentenció.

Asimismo, en su explosiva confesión salpicó al general Jorge Navarrete Jadeth, exdecano de la Escuela Superior de Guerra en su época de comandante del Grupo Mecanizado Rondón. Parga señaló que, junto con el comandante de la Fured que lo reemplazó mientras se encontraba de vacaciones, estuvieron involucrados en otra operación de falsos positivos.

"Yo no hice ninguna acción con él (Navarrete) porque ellos ya tenían su grupo montado, su grupo especial que era otro teniente. Yo estaba en vacaciones, él lo hizo con el que me relevó a mí el mes de vacaciones que me quedaron debiendo en enero, el coronel Navarrete con el mayor que me relevó en el mes de junio. La baja fue el 19 de junio, la víctima se llama Jácome", afirmó.

En su comparecencia, el mayor realizó también otra grave acusación manifestando que conoció que había coroneles comandantes de Batallón quienes estaban dentro de "la nómina" de los paramilitares y recibían dineros. Indicó que un mayor de apellido Cardozo, quien renunció al Batallón Cartagena al negarse a cometer falsos positivos, le confesó que el comandante de esa unidad para la época coronel Héctor Bermúdez, recibía sobornos de las AUC.

"El coronel Bermúdez estaba dentro de la nómina que manejaban las Autodefensas, de eso puede dar fe el mayor Cardozo que él fue el que me lo contó, es tanto, los paramilitares le habían dejado una camioneta a él para que se transportara" manifestó.

Otro de los puntos graves que confesó el mayor Parga fue el relacionado con las investigaciones en su contra cuando dirigió el Gaula de Córdoba, al confesar que, cuando se vio "emproblemado", contrató a un abogado para preparar legalmente a sus 42 soldados porque no sabían justificar los falsos positivos.

Pero lo más delicado fue que confesó que él mismo acordó pagarle (con recursos públicos del Fondelibertad) a una juez penal militar de nombre Socorro un soborno mensual, con el fin de que desviara las investigaciones, lo cual le fue sugerido, según él, por su antecesor el mayor Óscar Acuña (hoy coronel en retiro y condenado).

"Yo voy y le hablo claro, y quedamos en que todo iba a girar en favor mío y que yo tenía que pagarle una mensualidad y le pagaba por lo menos dos millones de pesos mensuales. Por lo menos en los casos míos del Gaula nunca me llamó a mí, porque a quien tenía que proteger era a mí, no al soldado, porque yo soy el que está pagando" confesó.

Pero todo no paró ahí: además, reveló que le pagó al agente del DAS de apellido Fontalvo para que incorporara denuncias falsas con las que justificaban las bajas y también pagó al agente Cartagena del CTI (adscrito al Gaula) para que le brindara "capacitaciones" a todos los soldados para que perpetraran bien los "resultados".

"Cartagena me dijo: yo les enseño cómo deben pegarles los tiros para que demuestren una legalidad como si estuvieran corriendo. Un tip, por ejemplo, ellos decían que era importante que cuando recibieran a las víctimas las pusieran a hacer ejercicio para que haya oxigenación y que no le pusiéramos las armas, porque lo primero que hace una persona es soltar todo", señaló.

Según su propio relato, él no escogió llegar a la Fured y fue el hoy general Rodríguez Arévalo quien lo postuló al cargo. También manifestó que fue preso de una política "institucionalizada" que venía desde tiempo atrás, donde conoció que los soldados hasta se robaban caletas de las Farc para tener las armas del "kit de legalización" en el "Ejército del Norte" con conocimiento de sus comandantes.

W Radio se contactó con la Defensa Militar y Fondetec (fondo que defiende a los integrantes de las Fuerzas Militares ante la JEP) con el fin de conocer las respuestas de los abogados de los oficiales salpicados a esas declaraciones y está a la espera de estas.

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