Seis meses de cárcel por saltarse los protocolos contra COVID-19 en Sri Lanka
Sri Lanka decidió también cerrar las salas de cine, que se suman a otros recintos como spas, casinos y clubes nocturnos.
Sri Lanka aprobó una orden para imponer penas de seis meses de cárcel o multas de 10,000 rupias (unos 46 euros) a quienes violen los protocolos de seguridad contra la COVID-19, mientras intenta aplacar un repentino repunte de casos.
La ministra de Salud esrilanquesa, Pavithra Wanniarachchi, dio la luz verde para emitir esta orden, que permitirá al gobierno tomar medidas contra quienes no usen marcarilla, eviten guardar la distancia social o incumplan las nuevas reglas de seguridad contra el coronavirus, informó el ministerio en un comunicado.
Por tanto, si alguien viola los protocolos establecidos, será multado con no menos de 10.000 rupias y será encarcelado durante seis meses, o bien se le podrá imponer uno de los dos castigos.
"La nueva ley entrará en vigor a partir de mañana", dijo el secretario de prensa del Ministerio de Salud, Viraj Abeysinghe, quien añadió que tomar la medida se ha debido a que "la gente comenzó a violar las medidas preventivas durante los últimos días".
Sri Lanka decidió también cerrar las salas de cine, que se suman a otros recintos como spas, casinos y clubes nocturnos, así como aeropuertos internacionales, todos ellos clausurados como medida preventiva.
Los bares y restaurantes, por su parte, sí pueden permanecer abiertos pero siguiendo estrictas normas sanitarias.
También en La W: Suben a 898.000 las solicitudes semanales de subsidio de desempleo en EE.UU.
Algunas áreas del país fueron sometidas a un toque de queda a principios de este mes tras la detección del mayor foco de infecciones hasta el momento en una fábrica textil.
La compañía esrilanquesa Brandix fue acusada de obstaculizar los protocolos sanitarios y de obligar a los trabajadores con síntomas compatibles con la COVID-19 a acudir a trabajar, si bien la propia empresa lo niega.
La Asociación de Fabricantes de Accesorios de Ropa y Tejidos (FAAMA) del país respaldó a la fábrica y manifestó en un comunicado que "desafortunadamente, a pesar de los esfuerzos (por rastrear contagios) hubo un significativo aumento de casos" en la isla.
Desde la detección de este rebrote, Sri Lanka se afana por hacer un exhaustivo rastreo de contagios y contactos, y hasta ahora ha encontrado más de 1.700 relacionados con la fábrica textil.
Según los datos oficiales, el país registró 5.219 pacientes con COVID-19 desde marzo, y más de 1.800 de ellos se encuentran bajo tratamiento.