Internacional

Puigdemont no podrá dejar Alemania sin permiso de la Fiscalía

La Audiencia Territorial de Schleswig-Holstein acordó seguir con la tramitación de la extradición de Puigdemont a España por el delito de malversación de fondos públicos.

El expresidente catalán Carles Puigdemont no podrá dejar Alemania sin autorización de la Fiscalía y deberá presentarse cada semana ante la policía de Neumünster, según ha determinado la Audiencia Territorial de Schleswig-Holstein al acordar su libertad condicional.

Fuentes de la defensa confirmaron a Efe estas condiciones, que se suman a la fianza de 75.000 euros impuesta por la Audiencia para su salida de la prisión de Neumünster, donde está recluido desde el 25 de marzo, mientras estudia su extradición a España por malversación de fondos públicos, pero no por rebelión.

"Es un éxito para nuestro cliente, que siempre expresó su confianza en la justicia alemana", indicó a Efe a Till Dunckel, portavoz de los abogados alemanes Wolfgang Schomburg y Sören Schomburg que se han hecho cargo en el país de la defensa del líder independentista.

Según apuntó, es difícil pronosticar cuándo podrá hacerse efectivo el pago de la fianza y garantizar el cumplimento del resto de condiciones impuestas por la Audiencia.

"Estamos movilizando todos los recursos para hacerlo posible cuanto antes, lógicamente", añadió.

La fianza deberá ser depositada, en efectivo o bajo "otras fórmulas garantizadas", en la Fiscalía General de Schleswig-Holstein.

La Audiencia Territorial de Schleswig-Holstein acordó seguir con la tramitación de la extradición de Puigdemont a España por el delito de malversación de fondos públicos, pero descartó el de rebelión que le imputa la justicia española.

A su juicio, aunque persiste el riesgo de fuga, se ha rebajado de forma notable al declararse "inadmisible" el delito de rebelión, por lo que puede decretarse la libertad condicional.

Ante la cárcel de Neumünster, un único simpatizante independentista, Eduard Alonso, vecino de Girona como Puigdemont, expresaba su alegría y descorchó la botella de espumoso alemán que guardaba en su furgoneta desde que llegó a esa ciudad, el viernes de la semana pasada, para seguir los acontecimientos.