Militares dan golpe de Estado en Guinea capturando al presidente Alpha Conde
Los golpistas en Guinea anunciaron la disolución de las instituciones y convocaron este lunes a los ministros salientes.
Los militares sublevados pidieron a los ministros y los presidentes de las instituciones que asistieran el lunes por la mañana a una reunión en el Palacio del Pueblo, sede del Parlamento. "Cualquier negativa a presentarse será considerada como una rebelión", advirtieron.
La capital guineana, normalmente bulliciosa, funcionaba el lunes al ralentí. Los militares instalaron barricadas en los accesos al centro y soldados armados prohibían acercarse al palacio presidencial.
Muchos comercios estaban cerrados y el mercado central de Madina, siempre lleno de ajetreo, parecía inactivo. Esta tranquilidad sólo se veía interrumpida por los aplausos de algunos vecinos al paso de vehículos militares.
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Un colectivo que se había movilizado durante meses contra el tercer mandato del presidente Condé informó que sus miembros encarcelados iban a ser liberados en la mañana del lunes.
El domingo, las fuerzas especiales guineanas, dirigidas por su comandante, el teniente coronel Mamady Dumbuya, afirmaron, con un video como prueba, haber capturado al jefe de Estado para poner fin al "derroche financiero, la pobreza y la corrupción endémica", y también "la instrumentalización de la justicia y el desprecio de los derechos de los ciudadanos".
Los golpistas difundieron un video del presidente Condé, de 83 años, vestido con jeans y camisa, sentado en un sofá. Según ellos, está bien de salud y es tratado correctamente.
Los militares proclamaron la disolución del gobierno, las instituciones y la Constitución, que Condé hizo adoptar en 2020 y utilizó para presentarse ese mismo año a un tercer mandato, pese a meses de protestas.
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Los golpistas prometieron un periodo de transición, al estilo del vecino Mali. Entretanto, impusieron un toque de queda y cerraron las fronteras por aire y tierra.
Un mensaje leído en la televisión el lunes por la mañana informó sin embargo de la reapertura de las fronteras aéreas.
Condenas internacionales
Este golpe de Estado tiene lugar tras meses de grave crisis económica y política en este país de África del oeste, de 12 millones de habitantes, gobernado desde 2010 por el presidente Condé, cada vez más aislado.
Durante décadas, esta nación pobre, pese a sus recursos minerales e hidrológicos, ha sido dirigida desde su independencia en 1958 por regímenes autoritarios o dictatoriales.
Se trata de un nuevo golpe de Estado en África subsahariana en un año, tras Mali en 2020 y Chad en 2021.
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Por el momento no se reportaron muertos, pese a los intensos disparos que se escucharon el domingo por la mañana en la capital. Y no se registró ningún incidente grave en la noche del domingo al lunes.
Lo que podría suponer el final de una década del régimen de Condé dio lugar a escenas de júbilo en varias zonas de la capital, sobre todo en las barriadas, favorables a la oposición.
En el plano internacional, el golpe suscitó una amplia condena, desde el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, a la Unión Africana, pasando por la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO)y la Unión Europea.
Estados Unidos también se sumó a las criticas y advirtió que podría "limitar" la capacidad estadounidense de ayuda a Guinea.