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Las polémicas que han rodeado a Kolinda Grabar-Kitarović, la presidente de Croacia

La mandataria, que se llevó todos los elogios en la final del Mundial Rusia 2018 por el apoyo a su equipo, ha sido cuestionada por ser xenófoba y por coquetear con el fascismo.

Kolinda Grabar-Kitarović, la presidente de Croacia, se llevó todos los elogios en la final del Mundial Rusia 2018 por el apoyo a su equipo. Foto: Getty Images

El nombre de Kolinda Grabar-Kitarović, la presidente de Croacia, comenzó a sonar desde muy temprano en el Mundial de Rusia 2018, luego de conocerse que ella no solo viajó pagando el pasaje y los gastos del viaje de su propio bolsillo, sino que se descontó de su salario los días que pasaría en Rusia.

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Siempre que Grabar-Kitarović era enfocada por las cámaras en los partidos de su Selección, se veía como una hincha más desde el palco, alentando incondicionalmente a su equipo. Para la final de la Copa Mundo, disputada entre Francia y Croacia el pasado 15 de julio, el mundo entero quedó absolutamente conmovido por la sencillez y la humildad que caracterizaron a la mandataria en el evento deportivo.

Las imágenes de la presidente abrazando a sus jugadores por dejar el nombre del país en alto se difundieron rápidamente, generando un irrefrenable sentimiento de solidaridad entre los seguidores del Mundial y comparando su apoyo ejemplar con el de otros presidentes.


 

Sin embargo, más allá de su pasión futbolística, Kolinda Grabar-Kiratovic no ha estado exenta de la polémica política en su propio país. En diciembre de 2014, la mandataria ganó las elecciones en Croacia con un programa de gobierno xenófobo y antiinmigrante, de la mano del partido ultraconservador Unión Democrática Croata. Es la primera mujer en acceder al cargo de presidente de su país y la más joven.

Además, antes de esto, Grabar-Kitarovic tuvo que enfrentar el primer escándalo en el que se vio envuelta, luego de conocerse que mientras ella trabajaba como embajadora en Washington, su marido viajaba gratis a costa de las arcas públicas.

Sin embargo, un escándalo de nivel superior que despertó críticas hacia ella en toda Europa fue cuando se dejó fotografiar con la bandera de los ustachas. Cabe recordar que esta es una organización terrorista basada en el racismo religioso​ nacionalista croata, que se puso al servicio de los nazis desde 1929 para exterminar no solo judíos y gitanos, sino también serbios y bosnios musulmanes, sus “hermanos” balcánicos. Lo peor de la foto de la mandataria posando sonriente junto a varios compatriotas con la bandera filonazi croata es que se produjo en un hecho relativamente reciente, durante un viaje a Canadá en noviembre de 2016 y cuando ya ejercía como jefe de Estado.

La respuesta de la mandataria a este escándalo, que sería equivalente a ver a Angela Merkel exhibiendo una bandera nazi, no fue la dimisión. Grabar-Kitarovic le restó importancia al asunto al asegurar que esa misma bandera ondeaba en el Parlamento de Zagreb cuando el país luchaba por su independencia.

En un caso aparte, Grabar-Kitarovic también ha sido señalada por su amistad con Zdravko Mamic. Este individuo, un controvertido hombre de negocios, huyó hacia Bosnia luego de ser condenado por manipular el fútbol croata con el propósito de atender a sus intereses y ganar millones de dólares en transferencias.

La presidente también ha sido noticia por su postura frente al aborto (legal en Croacia durante las primeras 12 semanas de gestación), la cual es a favor y que le ha valido críticas desde sectores católicos. Según ha señalado en varias entrevistas, aunque ella misma es católica, considera que su postura personal frente al tema es irrelevante.

Así, en entrevista con el Clarín de Argentina, la mandataria señaló que “penalizarlo (en Croacia) no traería más que problemas, porque las mujeres continuarían abortando y de una forma que atentaría contra su salud”. Así, la presidente ha promovido mejorar la educación en este aspecto, no solo de las mujeres sino también de los hombres.