Guerra submarina, la amenaza invisible para la que se prepara la OTAN
España, Canadá, Francia, Alemania, Grecia, Italia, Holanda, Turquía, Reino Unido y Estados Unidos hacen parte de los ejercicios militares adelantados en el Mediterráneo.
"Es el juego del gato y el ratón". Así describen los oficiales de la OTAN el ejercicio "Dynamic Manta 2019", que desde ayer y hasta el próximo 8 de marzo reúne a más de 3.000 efectivos en el Mediterráneo central para probar la habilidad de la Alianza ante el enemigo sigiloso que supone la guerra submarina.
El mar se convertirá en un inmenso tablero de juego para que los aliados pongan a prueba su capacidad de coordinar fragatas, aviones de patrulla marítima, helicópteros y submarinos contra una amenaza casi invisible que países como Rusia o China emplean en su estrategia militar.
"Dynamic Manta 2019" busca igualmente fomentar la comunicación entre efectivos de diferentes países aliados y la búsqueda de la solución más óptima ante una situación que pueda surgir en una misión real.
"Es importante para la OTAN encontrar, detectar y contener el riesgo de cualquier potencial adversario, y el reto de encontrar un submarino en el océano es realmente difícil", explica el comandante de la Marina estadounidense Andrew Lennon.
El reto, señala Lennon, requiere que diversas plataformas trabajen de forma coordinada bajo el agua, en su superficie y en el aire, uniendo sus diferentes habilidades para detectar a un submarino.
Para el ejercicio Dynamic Manta, cinco submarinos, nueve buques de superficie, seis aviones de patrulla marítima y once helicópteros de diez países de la OTAN adoptarán diferentes roles para, en palabras del comandante holandés Boudewijn Boots, "especializarse en el arte de encontrar submarinos".
Así, por ejemplo, uno de los simulacros consistirá en proteger una "unidad de alto valor", que en una situación real podría ser un barco cargado con bienes importantes.
En este caso, las fragatas, helicópteros y aviones de patrulla marítima se emplean a fondo para mantener a raya al submarino que ejerce de "enemigo", formando una capa en torno al barco protegido e intentando "asustar y perseguir" al intruso.
"El submarino intentará acercarse para ponerse en una situación de tiro contra esa unidad valiosa", cuenta el capitán de fragata español Juan Alonso Núñez, que apunta a que en esta situación las fragatas que la defienden pueden llevar a cabo maniobras evasivas o para acorralar al submarino.
El submarino que ejerce de atacante también debe intentar ocultarse, bien manteniéndose en silencio y sin emitir comunicaciones o "escondiéndose" bajo una capa de agua con diferente temperatura o salinidad, dos características que alteran la capacidad de los sónares de detectar a través de ondas la posición de un efectivo concreto.
Otros escenarios que los más de 3.000 efectivos desarrollarán en los próximos días en un área de miles de kilómetros cuadrados en el Mediterráneo serán el empleo de submarinos como apoyo y proveedores de información, la búsqueda de un submarino a otro permaneciendo sin ser detectado o la travesía en una zona restringida bajo amenaza de ataque.
Pese a que se busca simular un escenario de la forma más realista posible, en los ejercicios no se usa fuego real y la línea de trabajo es "no dañar ni a nada ni a nadie", incluyendo a los animales marinos o al medioambiente.
El valor final del entrenamiento se consigue a través de la interacción, de la que todos los países participantes se benefician. "El ejercicio es equivalente a los once jugadores de un equipo de fútbol conociéndose y entrenando antes de que empiece el partido", señalan los oficiales aliados.
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El comandante Lennon, por su parte, apunta a la ventaja de trabajar con diferentes países, ya que cada efectivo tiene una ventaja competitiva diferente, de forma que su puesta en marcha de forma coordinada genera un valor añadido.
En este caso, España aporta a las maniobras el submarino ESPS Tramontana (que también ejercerá el papel de enemigo durante alguno de los simulacros), la aeronave de patrulla marítima P-3M, las fragatas "Santa María" y "Blas de Lezo" y un helicóptero.
Junto a España, participan en este ejercicio Canadá, Francia, Alemania, Grecia, Italia, Holanda, Turquía, Reino Unido y Estados Unidos.
Incluso en un simulacro, los aliados no pierden de vista a Rusia, cuya presencia no excluyen y prácticamente prevén en las áreas cercanas al ejercicio durante los próximos días, pese a que recuerdan que la OTAN informa con antelación de forma pública sus maniobras "de forma intencionada" y se trata de una situación "potencialmente peligrosa".
"Rusia ha invertido en la construcción de submarinos silenciosos en los últimos años", advierte el comandante Lennon. "Es importante que entendamos qué hay en el mar y en el fondo del mar para que garantizar que podemos defendernos de cualquier potencial agresión".