Economía

El chocolate de la paz: de la coca al cacao

Actores del conflicto han encontrado en el cultivo de cacao una forma de superar las heridas que les dejó la guerra.

Cultivadores de Cacao. Foto: Lok

Por Alejandra Camacho

Pedro Rojas* se levanta todos los días a cultivar cacao, como si sembrara también esperanza, él siembra con ahínco las semillas y las riega; espera pacientemente a que en algunos meses su trabajo de frutos y vende este producto. Mientras Pedro recoge la cosecha recuerda las cicatrices que le dejó la guerra.

Como parte de una iniciativa de lidera la fundación El Alcaraván y la compañía Lok, en la que fomentan la producción de chocolates “con fines sociales” y en la que no solo hacen parte víctimas del conflicto armado sino también  ex guerrilleros y ex paramilitares quienes recuperan las tierras y a su vez, fomentan el consumo de chocolate en la región.

Y es que Colombia tiene altos niveles de producción de cacao, pues de acuerdo con la Federación Nacional de Cacaoteros (Fedecacao) el primer semestre del año pasado se alcanzó un nivel histórico con 33.728 toneladas de cacao.

Como Pedro hay una gran cantidad de víctimas y reinsertados del conflicto armado que se han dedicado al cultivo del cacao como una opción para superar las heridas de la guerra, tanto las emocionales como las económicas porque al tener que dejar sus tierras, no solo perdieron su hogar sino que perdieron sus trabajos y maneras de generar ingresos.

Pedro es de una vereda llamada El Botalón ubicada en el municipio de Tame. Desde que tiene uso de razón, ha convivido con la violencia “recuerdo que durante mi niñez y parte de mi juventud se convivió con las Farc. Para nosotros era común tenerlos cerca, ellos impartían órdenes que los pobladores debíamos cumplir” asegura.

La violencia empeoró con la llegada de los paramilitares, “llegaron asesinando con lista en mano, para ellos todos éramos guerrilleros”. Para sumar, en la zona se presentaban permanentes combates entre la guerrilla y los paramilitares y después se presentó otro enfrentamiento, esta vez entre las Farc y el Eln.

A parte de los asesinatos, se presentó un fuerte reclutamiento de niños, las familias debían dar algún miembro para contribuir con “la causa” así que Pedro tuvo que tomar una decisión: “con el temor de entregar a alguno de mis hijos, ya no pude sostenerme más en mi amado territorio y fue así como decidí dejar todo e ir en busca de nuevos rumbos. Salí sin nada material”.

Y fue así como Pedro pasó a hacer parte de lo más de 6 millones de desplazados  que ha dejado el conflicto armado en nuestro país.

Una vez desplazado por la violencia, recurrió a la caridad de unos familiares que tenían una “tierrita” en la zona de las Nubes, municipio de Arauca. Allí le facilitaron un pedazo de tierra para trabajarla. En aquel entonces, se cultivaba plátano, yuca, maíz y algunos frutales. Después vieron en el cacao una oportunidad de tener un cultivo de largo plazo, que daba ingresos permanentes. Al comienzo no fue fácil, debido a que las enfermedades y la baja producción no les permitían tener los ingresos esperados, sin embargo, con el tiempo lograron sacarlo adelante. “Gracias a este cultivo he podido comenzar de nuevo, en un nuevo lugar lejos de la violencia y, sobre todo, con una familia unida y en paz” afirma.

Durante lo recorrido de este año, se evidenció un crecimiento de consumo de chocolate del 5% en todo el territorio nacional, “queremos incentivar en los campesinos  la siembra consciente del cacao premium y la compra justa de sus productos, ya que esto les permite dejar la ilegalidad y poder gozar de una vida sana, produciendo uno de los mejores productos del mundo. Pagar a precio justo los cultivos para que no siembren otras cosas y cambiemos la coca por cacao” explica  Alberto Henao, gerente de LÖK Foods.

Esta empresa actualmente está produciendo 10 mil toneladas de chocolate mensuales y dando empleo directo a más de 100 madres cabeza de hogar en la ciudad de Bogotá y Arauca. Además ha permitido la siembra de 1.200 hectáreas de este producto.

"Quiero que mis hijos puedan tener un mejor futuro, lejos de esa violencia que tanto daño ha hecho" finaliza Pedro.

*Nombre cambiado para garantizar la seguridad de la fuente