La gimnasta estadounidense Simone Biles, quien ha acusado problemas de salud mental que la semana pasada ya le impidieron disputar cuatro finales en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, tampoco estará en la lista de partida de la final de suelo del próximo 2 de agosto. Su organización indicó que “más adelante” la deportista de 24 años adoptará una decisión sobre la última final que podría disputar: la de barra de equilibrio, que se llevará a cabo el martes 3 de agosto. De esta manera, la decisión de la gimnasta de retirarse de la competición por no encontrarse bien mentalmente ha sido materia de debate en los últimos días, ya que muchos expertos lo han calificado como un signo de inteligencia emocional y autoconocimiento. Además, muchos seguidores de la carrera deportiva de Biles han brindado su apoyo a la decisión de la gimnasta, asegurando que resulta imprescindible comprender la importancia de la salud mental y evidenciar que “antes que deportistas o profesionales, somos personas”. En W Fin de Semana, la psicóloga deportiva Elena Ferrer expresó que el punto al que ha llegado Biles ha sido muy complicado, pues seguramente ha sido el resultado de un camino de sufrimiento. “Este tipo de deportistas tienen un nivel de estrés muy alto y al final esto suma cansancio en su cuerpo. A eso hay que sumarle estas sensaciones desagradables al sufrimiento de reconocer que lo que está fallando es su mente”, manifestó Ferrer. De esta manera, la psicóloga sostuvo que la mente y el cuerpo están inevitablemente conectados. Por eso, por más de que un deportista entrene mucho para ejecutar cierto ejercicio, si su mente constantemente manda mensajes de “no puedes”, el cerebro envía esos mensajes a los músculos e impide que se desenvuelva correctamente en su disciplina.