El inventor alemán Ferdinand Adolf August Heinrich Graf von Zeppelin, mejor conocido como Ferdinand von Zeppelin, falleció un día como hoy en 1917 y la historia lo ha identificado como fundador de la compañía de dirigibles que lleva su apellido: Zeppelin. Sin embargo, detrás de este invento existió otra persona que fue nada menos que un colombiano, oriundo de Popayán. Recomendamos: Según relata Julio Sánchez Cristo en La W, el mejor amigo de Von Zeppelin en aquel entonces fue Carlos Albán, nacido en Asunción de Popayán en 1844 y quien fue cónsul de Colombia en Hamburgo. ¿Cómo el conde Von Zeppelin, absolutamente ignorante en temas de física y matemáticas, habría podido realizar los cálculos necesarios para poner en el aire un zeppelin? Pues fue precisamente Albán, quien fue inventor, matemático, militar, médico, político, periodista, abogado, ingeniero civil y policía, quien en realidad realizó los cálculos necesarios de estructura y levitación que terminaron permitiendo el desarrollo del invento. El cónsul Albán tenía patentes en Washington, París y Alemania de dos inventos que hoy son usados: el reloj universal y el telescopio tricaóptico. Así, el científico se inventó el dirigible, lo presentó al Gobierno colombiano en 1887 como un sistema de globos aerostáticos de envoltura metálica y cuya patente fue solicitada al Ministerio de Industria de la época. El general Rafael Reyes, ministro de Fomento, concedió la patente 588, la cual duró 20 años, hasta el 9 de octubre de 1888. Posteriormente, en un acto de amistad, el cónsul Albán le cedió el invento a su mejor amigo, el conde Von Zeppelin, quien se hizo famoso por algo que nunca inventó. En diálogo con La W, Fernando Albán, descendiente del cónsul, habló con La W sobre su legado y el por qué esta historia es tan poco conocida: "No es algo que se pueda comentar y que la gente le crea a uno. Por eso no se conoce bien la historia del general Carlos Albán (...) él solo tuvo una hija, y nosotros descendemos de la rama de su hermano".