Contraloría pone la lupa sobre la compra de la sede de la CAR en Gran Estación

El órgano de control advierte de un posible detrimento al adquirir el inmueble con recursos que sólo podían destinarse a la protección del medio ambiente.

La Contraloría General encontró irregularidades en la compra que hizo la CAR Cundinamarca de su nueva sede de operación; se trata de los pisos seis y siete del Centro Comercial Gran Estación II. Foto: Colprensa

La Contraloría General encontró irregularidades en la compra que hizo la CAR Cundinamarca de su nueva sede de operación; se trata de los pisos seis y siete del Centro Comercial Gran Estación II. Foto: Colprensa(Thot)

La Contraloría General encontró irregularidades en la compra que hizo la CAR Cundinamarca de su nueva sede de operación y cuyo valor fue de de 66.000 millones de pesos. La compra se realizó el pasado 28 de diciembre de 2018, bajo la Administracion del entonces director de la CAR, Néstor Franco, y se trata de los pisos seis y siete del Centro Comercial Gran Estación II.

De acuerdo con un documento de la Contraloria que fue conocido por La W, en su momento el Consejo Directivo de la CAR, del cual aún hay varios miembros activos, aprobó la compra con los recursos de la Sobretasa Ambiental del Distrito Capital y de los municipios de su jurisdicción, que no podrían destinarse para tal fin. Según señala el ente de control, estos dineros tienen una asignación específica y solo podían destinarse para la protección del medio ambiente. 

La Contraloría también investiga si hubo irregularidades en los estudios de mercado para soportar la adquisición del inmueble, pues al parecer este adoleció de un estudio no debía limitarse a la zona de Salitre, sino que debia abarcar toda la ciudad y hacerse también con base en los costos de inmuebles de similares características.

Por estos hechos, este lunes fue citado el consejo directivo de la CAR Cundinamarca para que explique los hallazgos de la contraloría, que podrían ser de tipo penal y disciplinario, en la compra dicha sede.

Tras esta reunión, el Consejo Directivo de la CAR sostiene que no hubo detrimento patrimonial y argumentan que en un concepto enviado por la oficina jurídica de la misma Contraloría el pasado 20 de abril, se determina que la sobretasa ambiental no constituye una renta de destinación específica y que por lo tanto podía destinarse a la infraestructura esencial para el cumplimiento misional de la gestión ambiental de la corporación. 

La CAR también asegura que una Auditoría Financiera del 2019, se determinó que "los ingresos procedentes de la sobretasa o porcentaje ambiental, entran a formar una sola bolsa o fondo común, junto con los demás ingresos propios de la CAR, y ello impide determinar que gastos o inversiones se sufragan con sobretasa o porcentaje ambiental, y cuales se pagan con cargo a los otros ingresos, tales como rendimientos financieros, tasas, multas, etc".

En ese mismo sentido, el ex director de la CAR, Néstor Franco, le aseguró a la W que no hubo ningún detrimento patrimonial o pérdida de recursos y que "los recursos usados para esa compra no alteraron las metas del plan de acción ni desfinanciaron ningún otro proyecto, al tiempo que se evitó mantener un gasto en arriendos oneroso durante varios años".

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