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Soldado denuncia que fue violado en el Batallón Tres Esquinas durante servicio militar

La denuncia no prosperó en la Fiscalía y la familia entuteló al Ministerio de Defensa para acceder al servicio de salud y tratar las secuelas psiquiátricas que dejó el hecho.

Imagen de referencia. Foto: Colprensa

En medio del escándalo y la indignación por la violación de 7 soldados a una menor de edad perteneciente a la etnia Embera en Risaralda, el abuso a otra niña indígena en el Guaviare, y después de que el propio comandante del Ejército Eduardo Zapateiro, reconociera que desde 2016 existen 118 investigaciones contra miembros de la fuerza pública por abuso sexual de menores, Sigue La W conoció la denuncia de presunta violación, dentro de la base militar Tres Esquinas (Caquetá), a un joven soldado que prestaba servicio militar en la Fuerza Aérea Colombiana. 

Por razones de seguridad, La W mantiene en reserva su identidad y la de su familia, que hoy se atreve a hacer público su drama, pues asegura que lo entregaron física y mentalmente sano a la Fuerza Aérea, para servirle al país, y lo devolvieron con un trastorno mental que deterioró su cuerpo y cambió sus vidas para siempre. 

El 9 de diciembre de 2016 la madre del joven de 19 años, despidió a su hijo en el aeropuerto de Catam después de que pasara todos los exámenes  médicos, físicos y sicológicos, y saliera apto para prestar su servicio militar en la Fuerza Aérea en el Comando Aéreo de Combate #6 en la Base militar de Tres Esquinas, departamento de Caquetá. 


 

 

Sin embargo a los 8 días, es decir el 17 de diciembre, el joven llamó muy angustiado a su abuela, cuyo teléfono se sabía de memoria, para confesarle entre lágrimas, que habían abusado sexualmente de él. La familia, desesperada, no logró restablecer comunicación y en el Batallón no dieron respuesta. Días después, la Fuerza Aérea contactó a la mamá para decirle que le devolverían a su hijo en un avión y que debía recogerlo en el Hospital Militar de Bogotá, donde estaba internado por valoración siquiátrica, supuestamente, porque no se había adaptado al servicio, lo calificarían como no apto, aunque el informe detallado que explicara lo sucedido, nunca se lo entregaron. 


 

“En lo referente a que se alleguen los informes de los hechos ocurridos el día 17 de diciembre de 2016, respetuosamente me permito informar que sobre el particular no obra registro o informes que den cuenta de lo sucedido para el día en comento, teniendo en cuenta que una vez se tuvo conocimiento de la novedad por parte de sus superiores se procedió a trasladar al señor (…) al establecimiento de sanidad militar y ahí fue remitido a la ciudad de Bogotá. Firman: Coronel José Antonio Polo, Comandante Comando Aéreo de Combate #6”. 

 

Denuncia penal

Cuando la madre y la tía del joven llegaron al Hospital, el joven soldado de 19 años estaba irreconocible, con la mirada perdida, sin identificarlas, con una evidente alteración mental que lo mantuvo internado en una clínica siquiátrica los siguientes meses, por lo cual solo pudieron hacer la denuncia formal ante la Fiscalía, el 26 de abril de 2017, en la cual quedó consignado su crudo relato: (VER DOCUMENTO DENUNCIA PENAL 1 Y 2)


 

“Yo me fui el 9 de diciembre de 2016 para Tres Esquinas, Caquetá, llegué a las 7 de la mañana, todo iba normal, pasaron los días y hubo un día que un grupo de muchachos que pertenecían al Ejército, creo que eran dragoniantes, ese día me la montaron, me pusieron a voltear mucho sin justa razón, me sacaron del alojamiento después de estar durmiendo, me sacaron como a eso de las 11 de la noche, me pusieron a abrazar un árbol que tenía púas durante media hora, luego yo les dije que cuánto tiempo me iban a tener ahí, me respondieron que yo era un gran hp inservible, que hiciera silencio, luego me pusieron en el suelo con dos vasos con agua y de ahí me mantenían molestando, me insultaron, me hicieron levantar, me hicieron ir hacia los lados de los baños y allí me cogieron por detrás, me torcieron el dedo anular de la izquierda, me cogieron entre varios, yo pataleaba, me hicieron montonera, me bajaron los pantalones y me penetraron, y luego de hacer tanta fuerza apreté mis genitales para no sentir dolor y me desmayé… cuando me desperté estaba detrás del baño y estaba solo, me fui para el alojamiento… al otro día yo informé a un compañero mío que estaba en este lugar, le informé también a un superior que no recuerdo y él dio una orden para que me aplicaran medicamento para los ligamentos porque según ellos yo estaba sufriendo de eso, me revisaron el dedo y me enviaron para Bogotá. Estuve internado en la Clínica, manifesté lo sucedido y mi mamá exigió que me realizaran exámenes pero allí dijeron que yo estaba drogado y no me realizaron ningún examen”.

Cuando la Fiscalía le pregunta al joven por las características físicas del superior que le dio la orden de salir del alojamiento, él contestó: “Es alto, delgado y tenía el uniforme verde, era un dragoneante”

La Fiscalía le preguntó si tenía conocimiento que en ese lugar se hubiesen presentado este tipo de delitos contra otras personas, y el joven soldado contestó: “Sí, el día que yo estaba en Sanidad había un muchacho que también había sido víctima de abuso pero él no dijo nada por miedo (….) no había denunciado antes porque no me encontraba bien de salud, en este momento estoy en tratamiento siquiátrico por estos hechos”.

Diagnóstico Junta Médica Mindefensa

La historia clínica en la EPS, evidencia que él nunca tuvo problemas de salud mental ni registros anteriores de citas sicológicas o siquiátricas. Igualmente el examen de ingreso a la Fuerza Aérea, muestra sus buenas condiciones físicas y mentales por las cuales fue aceptado y calificado como apto para prestar el servicio militar. 


 

Sin embargo en documentos que reposan en el expediente sobre el concepto de la Junta Médica del Ministerio de Defensa, atribuyen sus problemas mentales al consumo de marihuana durante su adolescencia, sin exponer los argumentos concretos de esta afirmación y sin explicar por qué con estos supuestos antecedentes, autorizaron su ingreso a la Fuerza Aérea:

“Paciente con antecedente consistente en cambios de comportamiento e ideas delirantes desde el ingreso al servicio militar, requiriendo manejo psiquiátrico y hospitalizaciones en varias ocasiones, se diagnosticó trastorno esquizoafrectivo tipo bipolar asociado a consumo de cannabinoides desde temprana edad aproximadamente a los 13 años, ha tenido mala adherencia al tratamiento” 


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 Diagnóstico siquiátrico

Debido a la evaluación de la Junta Médica del Ministerio de Defensa, que calificó en un bajo porcentaje la incapacidad laboral, la familia acudió a una evaluación científica por parte del doctor Jahir Pedreros, Médico cirujano de la Universidad Nacional, Especialista en Siquiatría de la Universidad del Rosario, Siquiatra Forense de la Universidad de California, trabajó en Medicina Legal, es el Director científico de la Fundación para la Salud, la Bioética y el Medio Ambiente. 

Su diagnóstico fue vital para modificar el índice de capacidad laboral e incapacidad ante la junta médica, y fue fundamental para que el tribunal Adminsitrativo de Cundinamarca fallara a favor de la familia la tutela para garantizar su derecho a la salud. 

“Se trata de un hombre joven quien de acuerdo con lo conocido, no presenta antecedentes de enfermedad física o mental o algún tipo de trastorno de la conducta grave. Completó satisfactoriamente el proceso de reincorporación al servicio militar en el mes de diciembre de 2016. Al parecer allí fue abusado sexualmente y como reacción presenta episodio psicótico de características paranoides. Aunque ha recibido tratamiento psicofarmacológico y asiste a controles por especialidad de siquiatría, el cuadro clínico ha sido de evolución tórpida (durante los dos últimos años ha sido hospitalizado en unidad siquiátrica en 11 ocasiones) y no presenta mejoría significativa que le permita al paciente un adecuado proceso de adaptación. En mi criterio, el cuadro clínico actual es de características psicóticas esquizofreniforme y sería la respuesta a un evento traumático, ¿acceso carnal violento? vivido durante la segunda semana después de haber ingresado al servicio militar en la Fuerza Aérea”.


 

Pelea judicial por atención en salud

 Después de la denuncia por abuso sexual, la familia denuncia que inició un viacrucis para acceder a los servicios de salud por parte del Ministerio de Defensa, que en un principio se negó a tramitarle la libreta militar y a brindarle asistencia de salud. La junta médica determinó inicialmente un 10% de discapacidad laboral por un diagnóstico errado como supuesto neurótico. La segunda junta médica le dio un 12,50% de más de pérdida de capacidad laboral para un total de 22,5% que lo dejaba por fuera de una pensión de invalidez y desamparado del servicio médico.

Con estas decisiones que terminaban cualquier tipo de responsabilidad por parte del Ministerio de Defensa, pese a que la denuncia de un hecho traumático sin investigar ni esclarecer ocurrió durante los primeros días del servicio militar del soldado, la familia presentó una tutela solicitando “el amparo de los derechos fundamentales a la salud, la vida, seguridad social”. 

En primera instancia el juzgado 63 administrativo del circuito de Bogotá la negó, pero el pasado 13 de julio, la familia recibió una buena noticia. En fallo de segunda instancia, el magistrado Luis Gilberto Ortegón del Tribunal Administrativo de Cundinamarca Sección Segunda, revocó el fallo de primera instancia y le ordenó al Ministerio de Defensa “mantener la vinculación al sistema de salud del joven para que se le otorgue la atención médica integral y los tratamientos pertinentes de su patología”, ordenando activos los servicios médicos en un máximo de 5 días y de manera integral, puesto que antes solo lo atendía la especialidad de siquiatría. 

“Concluye la sala que en efecto, las dolencias que actualmente pede el actor, acaecieron durante la prestación del servicio en la Fuerza Aérea Colombiana, las cuales no menguaron ni desaparecieron con el paso del tiempo, circunstancia que no ha sido controvertida por las autoridades militares, por ello, es deber de la mencionada institución castrense suministrarle la atención médica que requiera de manera integral. A partir de las anteriores consideraciones, se revocará la decisión de primera instancia y se ordenará a la accionada activar los servicios médicos de inmediato”, estipula el fallo de tutela de segunda instancia.


 

Tres años y 7 meses después de la denuncia de violación, el joven exsoldado tiene 23 años sin que haya podido seguir sus estudios o trabajo en condiciones normales, pues su familia asegura que este hecho traumático en la Fuerza Aérea del que nadie dio explicación, cambio su vida y la de su familia para siempre.