Pobladores se encuentran presos del miedo por guerra del narcotráfico en las regiones

En la noche del pasado 23 de agosto, varios hombres armados ingresaron a la vivienda de un hombre en el sector de Vaquerío en Llorente, cerca de Tumaco. Posteriormente, su familia lo encontró amarrado y con cinco disparos en su cuerpo.

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En las últimas horas, un ataque a la patrulla de la Policía en Nariño dejó un uniformado sin vida y tres heridos. Los policías regresaban del sector Guayacana en zona rural de Tumaco, donde apoyaban la investigación de la masacre de seis personas, entre ellos varios jóvenes, quienes fueron atacados por hombres armados.

En Samaniego, ocho jóvenes fueron asesinados en una finca, mientras una joven fue hallada sin vida en la carretera. Dos semanas atrás, dos menores de edad que vivían en Balboas (Cauca) fueron asesinados en Leiva (Nariño) mientras dejaban su tarea.

Además, durante el pasado fin de semana cinco personas fueron halladas muertas en zona rural del corregimiento de El Caracol del municipio de Arauca. Cabe recordar que en la zona de frontera del departamento ejercen control grupos narcotraficantes, el ELN y disidencias de las Farc.

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Sigue La W conversó con varios de los líderes de estas regiones del país que no solo demuestran su preocupación ante estos graves hechos de orden público, sino que advierten que se realizaron alertas tempranas a comienzos de año. 

Menderson Mosquera, coordinador de la Mesa Departamental de Participación Efectiva de Víctimas de Antioquia y Mesa Municipal de Víctimas de Venecia, aseguró que, como defensores de derechos humanos, se encuentran preocupados ante esta ola de asesinatos y la falta de presencia estatal.

"Desde la Mesa de Víctimas se alertaba desde hace cuatro meses sobre el incremento de la cifra de homicidios", indicó Mosquera.

Javier Cortés, dirigente indígena y social en Nariño, afirmó: "Nuestro departamento (Nariño) no regresa a la violencia, sino que nunca ha salido de ella. El problema en el departamento de Nariño es la falta de inversión social. La fumigación va a acabar con lo último que nos queda, que es la biodiversidad".

Harold Ruiz, exasesor de paz y de lucha contra cultivos ilícitos en el departamento de Nariño, también rechazó estos hechos: "En Nariño gobierna la lógica de la criminalidad, es un departamento donde hay apropiación de los grupos criminales".

María*, líder social en el corregimiento El Caracol (Arauca) , afirmó: "Hay una grave ausencia de la fuerza pública en Arauca, desde comienzo de año se había alertado sobre estas amenazas. Es importante que el Gobierno Nacional haga presencia, no solo con fuerza pública sino en materia de educación y vías".