Lo que sí es un delito, lo hacen ver como un pecado: Juan Pablo Barrientos
El periodista presenta su libro Dejad que los niños vengan a mí, en el que denuncia graves casos de pederastia dentro de la iglesia católica.
El periodista Juan Pablo Barrientos presenta su libro “Dejad que los niños vengan a mí”, en el que denuncia graves casos de pederastia dentro de la iglesia católica, además durante el programa hablaron algunos denunciantes de los graves casos que encontró el periodista en la investigación.
En primer lugar, Barrientos explicó que este libro supone una tercera fase de su proceso periodístico y que nació gracias a las investigaciones que comenzó a sacar en La W el 21 de marzo del año pasado.
También aseguró que al momento de hacer las graves denuncias al aire recibió tres denuncias penales pero que ya en este punto “el libro se defiende solo”.
De otra parte, mencionó que “en la Biblia, Dios solamente condena a aquellos que hacen daño a los niños y qué tristeza que sean los sacerdotes quienes caigan en ello”.
“Algo interesante es que la mayoría de niños abusados son monaguillos y no tienen papá (...) el abuso de un sacerdote es casi incestuoso” añadió.
De igual forma destacó que “creo genuinamente en lo que hace el papa Francisco, pero la Iglesia colombiana no le está copiando (...) ha sido la gran encubridora de estos casos”.
Además manifestó que el “abuso sexual no solo es penetración (...) una mirada licenciosa o una palabra mal dicha también lo es”.
“Lo que sí es un delito, lo hacen ver como un pecado. Y lo que es una falta contra la Iglesia, lo hacen ver como un crimen” puntualizó Barrientos.
Las denuncias
Durante el programa, varios denunciantes que aparecen en el libro contaron sus historias.
Una de ellos fue Patricia Osorio, quien contó que a su hijo, “lo llevaron a casa de los curas (...) extrañada, le pregunté por qué si decían que los estudiantes tenían prohibido acercarse, pero me dijo que era para ver unos animalitos allí. En sexto grado, comenzó a decaer. Me dijo que lo cambiara de colegio, que no quería seguir allá. Que eran muy autoritarios y no tenían en cuenta a las personas”.
“Daniel era la "prostituta" de los curas (...) hace dos años, a sus 21 años, tomó la lamentable decisión de quitarse la vida” añadió.
De otro lado, Gustavo Fierro, denunció que “mis tres hijos hombres son mayores y están heridos, no quieren recordar (...) eso cambia la vida y pone a prueba la fe, uno no halla qué hacer. ¿Cómo dirigirse a ellos sin afectarlos?”.
“Yo le diría a las personas que no tengan temor. Denunciar a estos sacerdotes no es pecado, es una ayuda. Tenemos que unirnos a las intenciones del Papa Francisco que está combatiendo esto” manifestó.
Finalmente, Diego Ramírez, contó que “Mi mamá tiene 72 años y de repente aparecía con agresiones, moretones e hinchazón. No tenía idea de lo que pasaba y nos vinimos a vivir con ella porque no sabíamos lo que sucedía”.
“Víctimas se callan y padecen en silencio, somos los familiares quienes nos tenemos que enterar observando, prestando atención a los detalles” terminó.