Las notas musicales de Alfonso Gómez Méndez, desde El Encierro, con Alberto Casas

Este 8 de abril El Encierro recibe a "uno de los tolimenses más importantes y de éxito", como define Alberto Casas al experto en derecho penal, constitucional y de la justicia colombiana, Alfonso Gómez Méndez. 

Este jurista colombiano se formó con la música andina colombiana, gracias a los gustos de su padre quien en la sastrería tenía un tiple, una bandola y una guitarra. Allí, escuchaba junto a él, la música de radio Santa Fe. 

Debido a su cariño por estos ritmos, apoya el festival de música en Ibagué a través de una fundación, en la que está como presidente honorario. 

"Mi papá era un negro andariego que llegó a Chaparral y se dedicó a la sastrería. Era culto y muy liberal. Nos ponía a los 10 años a leer los editoriales del Espectador. Cuánto libro llegara a sus manos, me lo pasaba. De él aprendí el gusto por la lectura", cuenta. 

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En esa conversación, Alberto casas, le preguntó sobre el proyecto de decreto de excarcelación que está en la mesa del ejecutivo, y que se pretende implementar a causa de la emergencia que se vive con el COVID-19. 

A lo que Gómez Méndez dijo que el "Estado eficiente puede construir carceles y administrarlas. El problema radica en el hacinamiento, la corrupción y la violación de derechos humanos, por eso se requiere una solución de fondo".

Otro inconvenente que plantea es el populismo punitivo, por medio del cual se aumenta exponencialmente la población carcelaria. Pues todo lo pretenden solucionar con esta medida. "Por eso hay que dejar la prisión para incovenientes realmente graves", afirma. 

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A propósito del tema, aprendió de su papá el sentido de la rectitud, responsabilidad, generosidad, solidaridad  y el desprendimiento.

Describe a su mamá como una mujer "muy dulce", quien dice él, lo salvo de ser un "mamerto" ya que se "opuso radicalmente" a una beca que le ofrecieron a su papá para que se fuera a estudiar economía a la Patricio Lumumba.

Este "hombre humilde" le contó a Alberto Casas que cuando se graduó le salió un trabajo como profesor de álgebra. Sin embargo, el párroco no estuvo de acuerdo y lo apoyo con 500 pesos "de la época" para que se fuera a estudiar a Bogotá. 

Cuando llegó a la capital del país, se hospedó en un inquilinato que quedaba en el sur de la ciudad. A los quince días empezó a ejercer la docencia, y en el camino, conoció a Alfonso Reyes Echandía, quien lo recibió en la Universidad Externo como asistente. Lugar en el que se graduó como abogado. 

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Tenía una gran admiración intelectual al presidente López Michelsen. Le contó a El Encierro que con el expresidente era muy afines, "le aprendí mucho, para conversar con él debía hacer varias lecturas antes". 

Finalmente, le dijo a Alberto Casa que  fue embajador de Viena a la carrera. Me faltaron 10 votos para ser senador, y ocho años después me presenté como precandidato a la presidencia".