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La odisea de garantizar la educación en el campo colombiano

El profesor Leonardo Fabio Pineda Quiroga explicó en Sigue La W cuáles han sido las dificultades en la educación en la zona rural del municipio de Rionegro, Santander.

El profesor Leonardo Fabio Pineda Quiroga explicó en Sigue La W cuáles han sido las dificultades en la educación en la zona rural del municipio de Rionegro, Santander. . Foto:

Leonardo Fabio Pineda Quiroga, profesor de Llano de palmas sede C la Onda, municipio de Rionegro (Santander), afirmó en Sigue La W que “ha sido bastante difícil” dar clases en tiempos de pandemia “por la conectividad y por el factor socioeconómico de los padres y estudiantes”.

Es más, según el profesor, solo “el 1% puede acceder a internet en el fin de semana”. “Para enseñarles nos ha tocado enviarles guías de forma impresa y se les envía los videos y audios a través de WhatsApp para tratar de comunicarnos”. Sin embargo, existe una “gran desventaja” para aquellos estudiantes que no tienen la posibilidad de descargar WhatsApp.

Un caso que comentó Leonardo Pineda fue del alumno Diego Andrés, quien “salía todos los fines de semana para buscar las tareas y así poder hacerlas durante la semana y enviarlas el próximo fin de semana. Le tocaba recorrer una hora desde su casa para hacer esto”.

Además, explicó que “en el anterior colegio donde trabajaba sí se presentó bastante deserción” por la falta de conectividad y las dificultades que el coronavirus presentó a la hora de acudir a clases.

La educación no ha sido ajena a las dificultades en este año de pandemia. Los estudiantes más afectados son aquellos de las zonas rurales más alejadas, donde no hay cobertura de internet y mucho menos acceso a medios tecnológicos. Un ejemplo de esto ocurre en la Onda, en zona rural del municipio de Rionegro, en el departamento de Santander. Ahí, un profesor nos cuenta que sus estudiantes han tenido que recibir clases a través de audios de WhatsApp y esperar a que tengan algo de señal para enviar trabajos o que llegue el fin de semana para mandarlos desde los teléfonos de sus vecinos, el colegio cuenta con computadores obsoletos y aún no hay presencialidad en las aulas.