Familiares de desaparecidos se camuflan como vendedores informales para tener información
El estudio entregado al sistema transicional documentó 5.533 víctimas de desaparición forzada en Nariño, entre 1998 y 2016.
La Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (Codhes) así como siete fundaciones de víctimas, entregaron a la Comisión de la Verdad un informe sobre desapariciones forzadas en Nariño, concretamente en los municipios de Pasto y Cumbal.
Según el estudio, la gran mayoría de las víctimas tenían entre 18 y 35 años de edad.
La desaparición forzada según el estudio generó profundas desestructuraciones de las familias, así como la ruptura del tejido social. Pero, además, llevó a los familiares a caminar con fotos buscando a sus seres queridos o incluso a camuflarse laboralmente en las zonas donde desaparecieron.
"...las madres nos comentan que incluso llegan a estas zonas donde hacen presencia los actores armados haciéndose pasar como vendedoras ambulantes, vendedoras informales, trabajadoras para de alguna manera lograr obtener alguna información de sus familiares, pero también para saber si de pronto hacen parte de grupos armados porque hay una relación entre reclutamiento y desaparición forzada", señaló Martha Ceballos, directora de la Fundación Murú.
Dentro del informe también se indica que, por parte de las guerrillas, la desaparición forzada fue una estrategia para adelantar reclutamiento forzado y secuestro, mientras que los paramilitares usaban ese delito como amedrentamiento hacia la población.