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Desmovilizados responden a polémica declaración de la Canciller ante la ONU

La canciller Claudia Blum responsabilizó al grupo político del actuar violento de las disidencias de las Farc.

Excombatientes de las Farc en proceso de reincorporación le contestan a la Canciller Claudia Blum por responsabilizar al grupo político del actuar violento de las disidencias.

“Cuando se analiza el incumplimiento del acuerdo, el informe no puede solamente referirse a las acciones del gobierno como una de las partes firmantes. Debe considerarse la existencia de disidencias de Farc, como un incumplimiento, justamente, de la antigua guerrilla convertida ahora en partido político

Estas declaraciones de la canciller de Colombia, Claudia Blum, ante el Consejo de Seguridad de la ONU que analizaba el informe sobre la misión de verificación del acuerdo de paz que develo incumplimientos por parte del gobierno, generó desconcierto en los ETCR, Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación, de exguerrilleros que decidieron entregar las armas para hacer política.

“Hacen parte precisamente este proceso de estigmatización que no cesa en contra nuestra al decir que el cumplimiento y las disidencias son culpa de nosotros cuando claramente nos están asesinando y claramente nosotros sí estamos cumpliendo con el acuerdo de paz, la posición del gobierno no contribuye para que cesen las estigmatizaciones, más bien nos ponen una lápida en el pecho”.

Quien habla es Andrés Zuluaga, conocido como ‘Martín Batalla’ en los días que cargaba un fusil en Antioquia. Hoy sus manos cargan morrales, ropa y accesorios confeccionados por exguerrilleros que hacen tránsito a la legalidad, y que rebautizaron el lugar donde antes patrullaban.

Soy el gerente de la Cooperativa multiactiva para el desarrollo económico y social del norte de Antioquia ubicada en la vereda La Plancha, municipio de Anorí, que asocia a 110 excombatientes en proceso de reincorporación de frentes que operaban en el departamento”.

Andrés ha trasegado varios ETCR, estuvo en La Guajira donde el desierto lo hizo sentirse incrédulo para iniciar una nueva vida en medio de la nada:

Eso parecía un desierto no había agua, no había energía, no había nada… por poner un ejemplo los recursos de los proyectos productivos en la gran mayoría no han sido desembolsados, nos ha tocado sacar los proyectos productivos absolutamente solos, en el caso de Anorí confecciones La Montaña son proyectos en los cuales hemos podido avanzar desde el punto de vista productivo por los propios excombatientes, y con la ayuda de cooperación internacional.

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“Son una minoría en comparación a la gran mayoría que si venimos comprometidos con el acuerdo de paz y cumpliendo con la implementación”

¿Por qué no se fue con Santrich e Iván Márquez?

“Luego de tantos años de confrontación Armada la conclusión que sacó las Farc es que la salida para Colombia violencia, sino que precisamente tenemos que hacer todo lo posible por construir caminos de paz en Colombia y ese fue nuestro compromiso

Por qué no regresé a las armas con Iván Márquez o con Santrich… cuando nosotros estábamos en las Farc nuestros líderes, nuestros ideólogos, nuestros jefes, siempre nos enseñaron de que la luz era política y era militar y siempre adelante va la lucha política, nosotros nunca hemos dejado de luchar políticamente y las armas fueron una herramienta, una forma para preservar la vida… soy clara, hice un acuerdo firme, un acuerdo y estoy en esa lucha”.

Andrés dejó La Guajira para dirigir proyectos de emprendimiento en Antioquia. Pero en el extremo noreste de Colombia quedó Marinela Hernández, conocida como Rubiela, responsable del comité de género en la vereda Pondores, corregimiento de Conejo, en Fonseca, Guajira: “Nos la estamos jugando para sacar adelante los procesos de reincorporación para sacar adelante los proyectos productivos”

Marinela parece más escéptica que Andrés, y asegura que el gobierno no ha cumplido con los acuerdos para su desmovilización: “se rasgan las vestiduras hablando de miles de millones de pesos invertidos en el proceso de reincorporación y llegan ustedes a un espacio de estos llegan a visitar un espacio de estos y da tristeza encontrar los niños en unos espacios tan reducidos sin servicio sin agua potable sin energía sin parques infantiles”.

Parece que estuviera a punto de dejar de creer en el acuerdo… Pero cuando mira el rearme, algo le impide cruzar la línea y unirse a las disidencias: “claro que en algunos espacios territoriales se ha ido gente, afortunadamente aquí en este espacio territorial nos hemos sostenido, nos hemos mantenido, estamos cohesionados con dificultades o como sea”.

Marinela es una mujer de origen campesino que ingresó a las filas de las Farc después de ser víctima de desplazamiento, ahora lidera la cooperativa Multiactiva donde trabaja con mujeres a través de emprendimientos agrícolas y productivos

“No todo era entregar las armas, se les olvidó que las mujeres que veníamos del monte, que las mujeres que estábamos combatiendo y que ahora somos exguerrilleras, teníamos hijos en la clandestinidad porque teníamos que esconderlos porque nos los quitaban, ahorita a pesar de que hay un proceso es muy poquito el presupuesto”

¿Qué les dice a quienes no creen en sus palabras ni en la JEP a la que se sometieron para dar verdad, justicia, reparación, y no repetición a las víctimas?

“No estamos dando una oportunidad para sacar adelante un país y creo que las oportunidades no se pueden desperdiciar, siempre y cuando uno tenga intereses en la paz… Les respeto su dolor, les reconozco que son víctimas y que han perdido a sus seres queridos… esas víctimas son las de allá y somos las de acá… entonces por supuesto que tenemos que ponernos de acuerdo y en el momento que toque hay que reconocer y habrá que pedirles perdón a ellos”, asegura.

Rolando Acevedo es el secretario de la Asociación de Construcción Colectiva Unidad y Transformación ASOCUNT que representa a 122 excombatientes en proceso de reincorporación en Bogotá y Cundinamarca, y a 150 en todo el país. Estuvo 21 años en la guerrilla, comandó el frente Jacobo Arenas, donde lo conocían como ‘el cachetón’ u ‘Octavio’ y estuvo en prisión 13 años. Quizá por la verdad que conoce, o por su gestión en la reincorporación, lo intentaron matar recientemente.

“En la ciudad de Medellín tuve una dificultad donde intentar matarme Por lo cual pues tuve que esperarme la ciudad de Bogotá… Pues estuve una noche detenido por un grupo no sé qué grupo sería no podía entregar las personas me tuvieron durante toda la noche me soltaron al otro día, pues con el compromiso de que abandonara el sitio así que no me querían volver a ver por allá entonces pues tocó acatar la orientación y salir de ahí… uno piensa si iba a ser la última noche que no va a vivir más, es lo único que les pasa a uno así como por la cabeza, se pasa toda la vida y uno hace un recuento de todo ahí mientras va pasando el tiempo a ver qué sucede”

¿Se arrepiente entonces de haber dejado las armas?

Llegamos a un momento de quiebre donde es posible seguir avanzando en la construcción de una paz estable y duradera y vivir en un país mucho más incluyente (…) hay que cerrar esa página de violencia cerrar esa cultura de la intolerancia de la eliminación del opositor político y poder buscar una mejor sociedad un mejor país a través de la de la política, en eso estamos empeñados”.

¿Qué opina entonces de las disidencias y qué le dice a los escépticos de los acuerdos?

“Son un puñadito los que son los enemigos de la paz, nosotros no le tenemos miedo a la verdad, ya hemos estado compareciendo ante los estrados que se han conformado precisamente para que cerremos la página de la guerra”

No significa que hacer política implique no tener diferencias, están lejos de Timochenko al frente del partido de la Rosa hoy rebautizado Comunes, pero no significa que esté cerca a Iván Márquez y su rearme.

“Ese partido no me presenta, fue fruto de los acuerdos, pero nosotros estamos en un proceso de acción política de quienes hemos sido maltratados y hemos sido expulsados y se nos está negando la participación política la participación… el temor grande de nuestra gente de los que estamos en el proceso de la reincorporación tiene que ver más con esas estructuras criminales del paramilitarismo… seguimos apostando a la construcción de una paz estable y duradera en Colombia”

El séptimo asesinato de desmovilizados de las Farc en menos de 8 días en Colombia fue el de Wilmer Enrique Álvarez Medina, atacado a balas en zona rural de Cartagena de Chairá en Caquetá, irónicamente en el mismo departamento donde Betsy Ruiz se encarga de cuidar las condiciones de vida de los hijos del acuerdo de paz, los niños que nacieron después de que sus mamás dejaran la guerrilla. Esto le dice a la Canciller:

“No tenemos la culpa nosotros, los que hemos asumido realmente el acuerdo de paz y los que hemos hecho parte de firmantes del acuerdo de paz, la reincorporación la hemos asumido con mucha dignidad, lucha de derechos humanos y realmente estamos poniendo la cara, hoy nos ha puesto ella como cómplices de los procesos de resurgimiento de organizaciones armadas, pienso que es algo muy grave”

Permanecer en el proceso de reincorporación también tiene un precio, no puede acercarse a su familia por que la pone en riesgo.

La familia también se siente temerosa cuando uno va a visitarlos no se sienten complacidos, sino que se sienten en un estado de riesgo, para mí eso es un riesgo muy alto”

Prefiere seguir promoviendo proyectos agrícolas y comerciales con mujeres, en torno a la siembra de plantas medicinales aromáticas, la producción de jabones, repelentes, buscando la promoción de la autonomía económica de las mujeres campesinas.

Más que el miedo a las disidencias, Andrés le teme más a la estigmatización. Cuando el partido político de la Rosa, ahora Comunes, se lanzó en Montería, en tarima, sin armas, sintió en riesgo su vida pues grupos paramilitares les pagaron a supuestos mototaxistas para que no transportaran a ningún desmovilizado.

“Les dijeron que atacaran también el lugar, la plaza donde iba hacer ese evento político, artístico y cultural, de allá tuvimos que salir escoltados por la policía en buses atacados por más de 50 mototaxis tirándole botellas piedras a señores, niños, familias de excombatientes”.

Antioquia es uno de los departamentos con más asesinatos de excombatientes desde la firma del acuerdo de paz, que, con una alerta internacional, se acerca a los 300 homicidios.

Han asesinado a gente que estuvo conmigo tanto en Antioquia como en el Caribe, en La Guajira, me ha tocado también ver que asesinaron gente que conocí en este mismo proceso de reincorporación en el Meta, Miravalle, en San Vicente del Caguán y Putumayo”

¿La noticia del asesinato de Dimar Torres y de otro desmovilizado cercano le ha hecho sentir miedo?

“El asesinato de un excombatiente en el municipio de Bello… apareció asesinado dentro de un colchón amarrado e incinerado…  entonces son muchas las amenazas que se ciernen sobre nosotros y pues ya tendrá que decir el Estado y en cada uno de los casos, quién fue… muy a pesar de todas las dificultades y el incumplimiento del Estado, nosotros seguiremos adelante con el acuerdo que firmamos porque para nosotros es un compromiso fundamentalmente con el pueblo de Colombia”

No muchos se atreven a hablar de los disidentes, de enfrentamientos en zonas de frontera, de presiones a desmovilizados para que retomen las armas… pero más que a ellos, les temen a los prejuicios, la desconfianza natural por tantos años de confrontación, pero qué puede hacer más daño que las balas.

Temo mucho más a la estigmatización generada desde el mismo Estado, desde el gobierno, la mirada de la sociedad en contra los combatientes que estamos cumpliendo con el acuerdo final y al incumplimiento del mismo Estado porque precisamente el incumplimiento del Estado lo que genera que mucha gente siga tomando el camino a las armas… pero la gran mayoría pues seguimos ahí, seguimos cumpliendo”.