Colombia tendrá que destinar entre 0,23 y 0,41% de su PIB en el corto plazo para atender a los migrantes venezolanos que huyen de crisis en su país, aunque bien gestionada la ola migratoria puede darle réditos económicos a mediano y largo plazo. Así lo advierte un informe del Banco Mundial revelado este viernes en Bogotá, en el que además se advierte que el éxodo afecta a las "poblaciones más vulnerables", especialmente indígenas y niños, de ambas naciones. "Los efectos de la prestación adicional de los servicios de educación, salud, agua, primera infancia, atención humanitaria, servicios de empleo y fortalecimiento institucional serían de entre 0,23% y 0,41% del PIB del país, dependiendo de la capacidad de absorción de cada sector", dice el documento. El reporte "Migración desde Venezuela a Colombia: impactos y estrategia de respuesta en el corto y mediano plazo", realizado de forma conjunta con el gobierno, subraya que la llegada de los migrantes pone "mayor presión en sistemas ya de por sí limitados", como el educativo y el de salud. En 2017, los centros de salud colombianos, que por ley atienden a personas de cualquier nacionalidad, recibieron cerca de 25.000 ciudadanos de Venezuela, contra apenas 125 en 2014. "Al menos 70.000 niños migrantes irregulares se encuentran fuera del sistema educativo actualmente", afirma. Cerca de 1,9 millones de personas emigraron de Venezuela desde 2015, huyendo de la crisis económica y política que atraviesa el país, según la ONU. En los últimos años Colombia ha recibido a más de un millón de venezolanos, de los cuales ha regularizado a 820.000. Entre enero y septiembre han entrado al país 1,052 millones de venezolanos, aunque más de 676.000 salieron a otras naciones, según la autoridad migratoria colombiana, que prevé que el flujo continúe. El presidente colombiano, Iván Duque, asegura que el país destina el 0,5% del PIB -aproximadamente 4 billones de pesos, o 1.348 millones de dólares- para atender a los migrantes. Colombia lidera la presión diplomática contra el gobierno de Nicolás Maduro, al que considera una "dictadura". Ambas naciones comparten 2.200 km de frontera.