Así han transcurrido los primeros 100 días de la pandemia de COVID-19 en Colombia
Hoy, a los 100 días del primer caso de coronavirus registrado en Colombia, el país intenta de manera gradual reabrir la economía.
El 11 de febrero de este 2020, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, bautizó como COVID-19 al nuevo coronavirus. Mientras el mundo intentaba conocer y descifrar este virus, en Colombia había toda una jugada política para elegir al nuevo ministro de Salud.
Por un lado, estaba la bancada de Cambio Radical, que le exigía al presidente Iván Duque dos ministerios: uno que representara a Germán Vargas Lleras y otro, a la familia Char. Por otro lado, el Partido de La U, esperaba llevar a Dilian Francisca Toro a este alto cargo.
Ese mar de apuestas surgió una vez que el doctor Juan Pablo Uribe hiciera oficial su renuncia como ministro de Salud, por lo que el viceministro de esta cartera, Iván Darío González, quedó a cargo de la que sería una de las crisis sanitarias más difíciles que ha tenido que vivir el planeta.
Durante esa época, a mediados de febrero, las autoridades aseguraban que Colombia tenía muy baja probabilidad de tener contagios de coronavirus, sin embargo, con los días y el aumento de casos y propagación del virus en el mundo, esa idea comenzó a extinguirse. El 2 de marzo, Colombia pasó de tener un riesgo de contagio moderado, a uno alto; decisión que se tomó, debido al aumento en el número de casos en la región, Ecuador registraba un caso importado, y cinco con contactos cercanos; Brasil dos casos, República Dominicana uno, México dos, Estados Unidos 89, y Canadá 24.
Luego de varias negociaciones, el presidente Iván Duque designó, oficialmente el 3 de marzo, al doctor Fernando Ruíz como ministro de Salud. Un cargo que no dio espera, pues en menos de cinco días de su nombramiento, el nuevo ministro ya tenía que dar el anuncio más importante para el país, quizá la noticia más esperada por la prensa: el coronavirus había pisado tierra colombiana, dejo de ser una especulación, una “fake news”. Ya era una realidad, a partir de ese momento, empezó la fase de prevención.
El 6 de marzo, Colombia confirmó el primer caso de coronavirus: una joven de 19 años proveniente de Milán, Italia, quien luego de presentar síntomas acudió a la Fundación Santa Fe, y allí, el Instituto Nacional de Salud confirmó que era positivo para COVID-19.
Desde ese momento, las noticias de coyuntura nacional en el país pasaron a un segundo plano y los principales medios de comunicación se volcaron de lleno a titular sobre la nueva enfermedad.
Lo cierto, es que mientras el virus se propagaba en el mundo, el gobierno colombiano tuvo una tregua para alistarse ante la llegada de virus. El Ministerio de Salud, en conjunto con el Instituto Nacional de Salud, habían creado toda una ruta de acción para enfrentar la posible llegada de la infección.
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El 9 de marzo, tres días después de haber confirmado el primer caso, aparecieron dos nuevos contagios, un hombre de 34 años en Buga, Valle del Cauca; y una mujer de 50 años en Medellín, Antioquia. Ambos pacientes llegaron de España e ingresaron inmediatamente a cuarentena.
El Instituto Nacional de Salud realizó una tarea titánica, porque fueron los responsables de realizar la trazabilidad de todas las personas que estuvieron en contacto con los casos positivos de COVID-19, lo que permitió que lograron detectar la mayoría de casos; esto fue lo que se llamó: Fase de Contención. Sin embargo, los esfuerzos que realizaron las autoridades en salud fueron insuficientes, porque la mayor fuente de contagio seguía abierta: el Aeropuerto Internacional El Dorado.
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Este aeropuerto, tuvo un alto tráfico de pasajeros hasta el 19 de marzo, fecha en la que el presidente Duque decidió cerrar por completo los vuelos internacionales, no obstante, para esa fecha ya los casos de coronavirus en el país eran 108, la mayoría importados, es decir que los portadores venían de otras partes del mundo, principalmente de España y Estados Unidos.
La primera muerte por coronavirus en Colombia se registró el 16 de marzo, y el 17 se anunció la suspensión de eventos que congregaran a más de 50 personas. El 31 de marzo el ministro Ruíz informó que el país entraba a la Fase de Mitigación, es decir que el 11% de las personas con COVID-19, identificadas en Colombia, no tenían un nexo epidemiológico, ya el virus tenía nacionalidad colombiana. Por lo que el 24 de marzo, el Gobierno declaró la cuarentena obligatoria total en Colombia durante 19 días.
A causa del desconocimiento, no solo en Colombia, sino en todo el mundo, se cometieron muchos errores. Por ejemplo, en un principio la OMS advirtió que el uso del tapabocas no era necesario para prevenir el coronavirus, puesto que era contraproducente para la salud al generar una falsa sensación de protección en quienes lo usaban. Sin embargo, el 4 de abril el Organismo internacional recomendó su uso, por lo que el Ministerio de Salud en Colombia lo declaró de uso indispensable y obligatorio.
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Tristemente, el primer periodo de cuarentena que se llevó a cabo en el país no fue respetado en muchas regiones, entre esas, la capital colombiana, que a pesar de las medidas estrictas impuestas por la alcaldesa Claudia López, varios ciudadanos incumplieron las normas.
Mientras aumentaban los casos de COVID-19, Colombia develaba las precarias condiciones de salud en las regiones más apartadas, como Chocó, Amazonas y La Guajira, entre otras. Allí, no había Unidades de Cuidado Intensivo (UCI), o eran insuficientes; además, de las dificultades financieras para prestar un adecuado servicio a los usuarios. Lo que obligó a que la cartera de Salud, empezara a inyectar más recursos para saldar las deudas de las EPS con los hospitales y clínicas.
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Otro de los problemas internos que reveló esta pandemia, fue la falta de condiciones laborales adecuadas del personal médico, muchos de ellos, con contratos de prestación de servicios, y sin garantías. Además, de los repetidos incumplimientos de las ARL hacia el personal de salud, al no entregarles los implementos de bioseguridad exigidos por la ley, lo que ha llevado al contagio de más de 700 médicos y enfermeros.
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“Nos resulta incomprensible que en medio de una situación tan delicada y apremiante como la pandemia por COVID-19, solo hayamos recibido ovaciones, aplausos, palabras elogiosas y promesas que hasta el momento no se han materializado, ni han representado una mejora determinante de nuestras precarias condiciones de trabajo”, aseguró la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas en una carta al presidente Duque.
Al inicio, Colombia realizó muy pocas pruebas diagnósticas de COVID-19 porque, no tenía la capacidad de laboratorios en el territorio nacional, por lo que entidades privadas y universidades se unieron para ampliar esta cabida. El 25 de abril, el país obtuvo dos robots nuevos, marca Hamilton, con esto se logró realizar más de 2.300 muestras diarias. Hasta la fecha, Colombia ya registra más de 470.000 pruebas procesadas, más de 423.000 descartadas y tiene 64 laboratorios adjuntos para la realización de estos diagnósticos.
Aunque mucho se habló de aplanar la curva, lo que se hizo en el país fue aplazar los contagios en el tiempo para no saturar el sistema nacional de salud. Hoy, son tres las regiones en las que se concentran el mayor número de casos de contagio: Bogotá, que ya registra más de 15.000, Atlántico, que completa 9.000 y Valle del Cauca, con un total de 5.000 contagios. En cuanto al número de fallecidos por millón de habitantes, el primer lugar lo ocupa Amazonas, seguido por Cartagena y Barranquilla.
Hoy, a los 100 días del primer caso de coronavirus registrado en Colombia, el país intenta de manera gradual reabrir la economía, incluso ya se habla de un plan piloto para reabrir el espacio aéreo.