Internacional

Cierre de la cadena Al Jazeera en Cisjordania divide a Palestina en plena lucha interna por Gaza

La decisión se tomó tras las quejas presentadas por periodistas locales ante el Sindicato de Periodistas Palestinos por el comunicado que presentó sobre la difusión de “discursos de odio”.

Al Jazeera. I Foto: JAAFAR ASHTIYEH/AFP via Getty Images.

Al Jazeera. I Foto: JAAFAR ASHTIYEH/AFP via Getty Images. / JAAFAR ASHTIYEH

Tras el veto de Israel, la suspensión de las operaciones de la cadena catarí Al Jazeera en Cisjordania ocupada también por parte de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que gobierna en partes reducidas del territorio, es una muestra más de la división que recorre la sociedad palestina, en plena lucha interna por el control de la Franja de Gaza tras la guerra.

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La decisión, anunciada anoche por las autoridades de la ANP, llega después de casi un mes de enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y las milicias del campamento de refugiados de Yenín, en el norte de Cisjordania, que ya se han cobrado la vida de 11 personas, entre ellas una periodista, un menor de 16 años, y al menos cinco agentes de la ANP.

La cobertura por parte de Al Jazeera de estos enfrentamientos entre las autoridades de la ANP y las milicias, afines a Hamás, llevó a algunos periodistas locales a presentar quejas ante el Sindicato de Periodistas Palestinos, que hace dos días emitió un comunicado condenando la publicación de “discursos de odio” y “desinformación” por la cadena catarí.

En su mensaje, el sindicato destaca que el medio utilizó “una imagen generada por IA que representaba un rifle no utilizado por las fuerzas de seguridad”, además de publicar una dramatización con actores de una conversación entre un periodista y un policía en la plataforma digital Al Jazeera 360.

El sindicato solicitó entonces “el cese inmediato de la emisión y la publicación de contenidos que promueven el odio, la discordia y la incitación”.

Un paso más allá

La ANP, sin embargo, ha ido un paso más allá, prohibiendo directamente la emisión de la cadena e impidiendo a sus equipos trabajar en el territorio.

La decisión ha generado división en el seno del Sindicato, y algunos periodistas creen que las autoridades han ido demasiado lejos.

“Cómo puedo alzar mi voz contra Israel, que cerró Al Jazeera y Al Mayadeen (un canal libanés cercano a Hizbulá), si ahora los palestinos están haciendo lo mismo”, dijo a EFE Shuruq Asad, una reportera palestina que forma parte del Sindicato.

En Ramala, donde se encuentra la sede de las instituciones de la ANP y Al Jazeera tiene su oficina para Cisjordania, la suspensión apenas se notaba: las puertas de la oficina estaban selladas y uno de los responsables del edificio confirmó que nadie había ido a trabajar desde septiembre, cuando las fuerzas israelíes allanaron la sede y la obligaron a cerrar durante 45 días.

El corresponsal jefe de la cadena en Cisjordania, Walid al Omari, confirmó que se encuentra fuera del país y que no hay empleados de la cadena en Ramala.

Soluciones “más éticas”

Asad, la reportera palestina, es muy crítica con la cobertura de Al Jazeera de los disturbios en Yenín y su línea editorial, más cercana al islam político que al secularismo de la ANP, pero cree que las autoridades deberían buscar soluciones “más éticas”.

La periodista dijo que le gustaría que la ANP dé marcha atrás y restituya la emisión de la cadena (la orden, al fin y al cabo, es temporal), pero teme que la situación actual lo haga imposible.

Fatah, el partido que controla la ANP, está en pleno proceso de negociaciones con Hamás para establecer un comité que pueda gobernar en Gaza tras la guerra (un requisito clave de Israel, que se opone a que el grupo islamista mantenga el poder en el enclave).

Durante años, las autoridades palestinas han recibido críticas por no poner coto a la proliferación de milicias, sobre todo en el norte de Cisjordania, donde los enfrentamientos entre los milicianos y las fuerzas israelíes son cada vez más frecuentes y letales.

Al Jazeera, que ya fue vetada por Israel en abril (una decisión que el país extendió también a las partes de Cisjordania que controla militarmente) y sus oficinas registradas por el Ejército israelí, es uno de los únicos medios con corresponsales en la Franja de Gaza, donde las autoridades israelíes controlan todos los accesos y no permiten la entrada independiente de la prensa internacional.

El medio ha documentado gran parte de los bombardeos contra hospitales o escuelas durante la guerra, documentos que podrían servir como prueba en los procesos por genocidio o crímenes de guerra que están siendo dirimidos en los tribunales internacionales.

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