Jimmy Carter: de cultivar maní en una granja a ser presidente de los Estados Unidos
Jimmy Carter ha sido considerado uno de los líderes más progresistas que ha tenido Estados Unidos.
Jimmy Carter: de cultivar maní en una granja a ser presidente de los Estados Unidos
El pasado domingo 29 de diciembre, el Centro Carter confirmó que el expresidente de Estados Unidos Jimmy Carter, quien fue elegido en 1976 y recibió el Premio Nobel de la Paz en 2002, murió a los 100 años en su hogar de Plains, Georgia, rodeado de su familia.
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Carter, el presidente 39 de EE.UU. y electo en 1976, que se encontraba en su hogar en cuidados paliativos y votó en las elecciones del pasado noviembre, había recibido tratamiento por una forma agresiva de cáncer de piel tipo melanoma, con tumores que se habían extendido al hígado y al cerebro.
Carter, quien ha sido considerado uno de los líderes más progresistas que ha tenido Estados Unidos, tuvo un mandato de cuatro años (1977-1981) por culpa de la crisis de los rehenes estadounidenses en Irán, un episodio que hirió profundamente la moral del país y provocó que los más conservadores lo etiquetaran para siempre como un mandatario débil.
Con el tiempo, su presidencia pasó a ser considerada de forma positiva, hasta el punto de que logró el Nobel de la Paz en 2002.
“Mi vida después de la Casa Blanca ha sido la más gratificante para mí”, admitió Carter en una rueda de prensa en agosto de 2015.
Ambicioso, competitivo y con un fuerte sentido de la moral, Carter marcó un nuevo estándar para la vida después de la presidencia, al usar su capital político para seguir influyendo en la vida pública del país y generar cambios en el mundo.
Su inseparable esposa Rosalynn, con la que estuvo casado 69 años, recuerda que Carter la despertó una noche de 1982 y le dijo: “Tenemos que inventar un lugar como Camp David”, la residencia presidencial donde él negoció la paz entre Israel y Egipto en 1978.
Unos meses después nacía el Centro Carter, que lucha contra los conflictos, la pobreza, las enfermedades y el hambre en el mundo.
“Lo que queríamos hacer Rosalynn y yo era llenar vacíos, resolver problemas que otros no querían o no podían afrontar”, explicó Carter en una entrevista con la revista Rolling Stone en 2011.
Según uno de sus asesores en la Casa Blanca, Stuart Eizenstat, el rasgo más característico de Carter era su impulso para resolver retos intratables sin pensar en su duración o su costo político.
Fue ese atributo por el que selló el logro más importante de su presidencia tras negociar durante doce días con Israel y Egipto, y el que le hizo apostar desde el Centro Carter por causas de largo aliento.
Nacido en 1924 en un pueblo de apenas 600 habitantes llamado Plains, Carter creció en una granja de cacahuetes y algodón en la zona más pobre del estado sureño de Georgia; y su padre, Earl, “era un segregacionista, como todos los otros hombres del condado”, según reconoció el expresidente en una entrevista en julio (de 2015).
La que más influyó en su carácter fue su madre Lillian, una enfermera que desdeñaba los prejuicios raciales de su entorno.
En 1946 se graduó en la Academia Naval de Annapolis (Maryland), se casó con Rosalynn y se unió a la Marina, pero en 1953 regresó a Plains para hacerse cargo de la granja familiar.
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