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La historia de Fabio Ochoa en el conflicto armado: ¿qué dijo la Comisión de la Verdad?

El excapo regresó a Colombia luego de ser deportado por Estados Unidos, donde estuvo condenado por narcotráfico. La droga no fue su única marca en la violencia colombiana.

Bogotá. Diciembre 23 de 2024. Fabio Ochoa, exnarcotraficante, regresó a Colombia tras cumplir una condena en Estados Unidos. En el aeropuerto El Dorado fue recibido por su familia y ofreció declaraciones. (Colprensa - Cristian Bayona).

Fabio Ochoa Vásquez regresó a Colombia el 23 de diciembre de 2024. Su retorno fue acondicionado por Migración Colombia, que constató sus antecedentes judiciales luego de que aterrizara el avión de la aerolínea GlobalX —la misma que en febrero de este año transportó al exjefe paramilitar Salvatore Mancuso— que lo trajo desde Estados Unidos, donde pagó más de veinte años de prisión por narcotráfico.

Laura Bonilla, directora de la Fundación Paz y Reconciliación, habló en el programa W Sin Carreta sobre Ochoa, quién es y qué le espera ahora en Colombia. Fabio es el menor de los hermanos Ochoa y, como narró la experta en política y posconflicto, fue un compañero de Pablo Escobar en el Cartel de Medellín que en 1987 era reconocido como uno de los hombres más ricos en todo el mundo.

El nombre de los Ochoa tomó relevancia cuando el M-19 secuestró a una de sus hermanas y la manera de rescatarla fue desatar una guerra en el país con el grupo Muerte a Secuestradores (MAS), lo que terminó evolucionando como uno de los grupos más violentos del país. “Fue la época de bombas en los centros comerciales, magnicidios, contó Bonilla, quien resaltó el rol de la familia Ochoa en los hechos.

La marca de la familia Ochoa en la violencia que Antioquia y el país atravesaron tiene varios registros. Uno de ellos es el hasta ahora mayor compilado de la historia del conflicto armado en Colombia, el Informe Final de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, el conjunto de volúmenes que la entidad creada por el Acuerdo de Paz de 2016 diseñó para ofrecer propuestas de no repetición.

Entrega del Informe Final de la Comisión de la Verdad en 2022 (Colprensa - Sergio Acero) y llegada del exnarcotraficante Fabio Ochoa al aeropuerto El Dorado (Colprensa - Cristian Bayona)

Probablemente, el volumen de mayor relevancia es el de ‘Hallazgos y recomendaciones’, porque plantea políticas públicas y acciones que tanto entidades como la población civil podrían incorporar para aspirar a la paz. En él la Comisión, en una reseña sobre el paramilitarismo, mencionó que el proyecto paramilitar, una unión del narcotráfico, las élites y la fuerza pública, avanzó en función del MAS.

“El proyecto paramilitar se configuró alrededor del movimiento Muerte a Secuestradores (MAS), financiado por 200 narcotraficantes del país, luego de que el M-19 secuestrara a Martha Nieves Ochoa, hermana de algunos de los más importantes miembros del Cartel de Medellín”, dice el texto, que explica que el MAS, además de narcotraficantes, contaba con 59 miembros del Ejército y mercenarios extranjeros.

Al pie de una de sus páginas, la Comisión indicó que el 12 de noviembre de 1981 el M-19 secuestró a Martha Nieves Ochoa, hermana de Fabio, Juan David y Jorge Luis Ochoa Vásquez, tres narcotraficantes del Cartel de Medellín. Para contestar, el Cartel reunió a 223 narcotraficantes en el Hotel Intercontinental de la capital de Antioquia para diseñar al MAS, un “ejército privado” de más de dos mil hombres.

Dos meses después, en enero de 1982, la guerrilla secuestró un avión de pasajeros —algo que ya había hecho el 15 de diciembre de 1980 y en octubre de 1981— para “denunciar los crímenes contra miembros de esa guerrilla que venían cometiendo los carteles del narcotráfico como retaliación por el secuestro de Marta Nieves Ochoa”, como expresa el Informe de la Comisión de la Verdad en su volumen ‘No matarás’.

Ese mismo año, con el auge del MAS y sus confrontaciones con el M-19 y la delincuencia común, comenzaron los señalamientos sobre dineros del narcotráfico que habrían entrado a las campañas presidenciales. Un alto funcionario del gobierno de Alfonso López Michelsen aseguró que en el Hotel Intercontinental Pablo Escobar y otros empresarios acordaron entregar esa financiación.

“Un día se proclama la candidatura de López en el año 82 en Medellín. Estaba López y en el mismo Hotel Intercontinental se llevaba a cabo una reunión de empresarios, y entre ellos había unos muy particulares. Estaba Pablo Escobar, uno o dos de los Ochoa. Allí se recogieron, por cuenta de Escobar y los Ochoa, 25 millones de pesos que ellos aportaron a la campaña”, refirió bajo anonimato.

El volumen ‘No matarás’ le dedica un capítulo entero a Muerte a Secuestradores. Allí añade que el M-19 reclamaba doce millones de dólares por el rescate de Marta Nieves y que, en vez de entregar el dinero, los Ochoa y el Cartel de Medellín crearon el MAS y lo anunciaron con panfletos que dejaron caer de una avioneta en un partido entre el Atlético Nacional y el América de Cali el 2 de diciembre del 81.

Otro acto de retaliación fue el plagio de la novia y más de veinte familiares “de un miembro del M-19 que era el cerebro del secuestro de Marta Nieves Ochoa”, cuenta el Informe. “Usando el ojo por ojo y diente por diente, muy típico de las estructuras paramilitares, lograron” la liberación de Marta, al tiempo que, tras las acometidas entre la guerrilla y los narcos, llegaron a “un pacto entre ambas partes de no agredirse”.

BOGOTÁ. (COLOMBIA), 23/12/2024.- Fotografía cedida por la oficina de prensa de Migración Colombia del exjefe narcotraficante Fabio Ochoa a su llegada a Bogotá. EFE/ Migración Colombia / Migración Colombia

Los Ochoa, además, fueron parte del auge de la coca como financiadora del conflicto. Henry Castellanos, alias ‘Romaña’, exjefe de las antiguas Farc, lo comentó en un testimonio recogido por la Comisión, en el que manifiesta que, aunque en principio “lo más viable” para las Farc eran los secuestros, posteriormente buscaron “cobrar el impuesto a la coca, que estaba en ese momento empezando con Ledher y los Ochoa”.

Empezando los noventa, Escobar tenía una causa más sólida en contra del Gobierno colombiano: la erradicación de la extradición para narcotraficantes del ordenamiento jurídico. La zozobra fue protagonista entre la fuerza pública, y el Ejecutivo, encabezado por César Gaviria, expidió dos decretos —el 2047 de 1990 y el 2147 de 1990— para que los capos se tuviesen mecanismos de sometimiento.

Las normativas confirmaban un estado de sitio decretado por Gaviria porque el orden público estaba “turbado”, y permitían que narcotraficantes o paramilitares que se entregaran y confesaran al menos un delito no fuesen extraditados. Escobar no se conformó, pero algunos de sus socios sí. Fabio Ochoa y sus hermanos, calificados por la Comisión como “viejos aliados de Escobar”, se acogieron en 1991.

Ese mismo año se conformó en el país la Asamblea Nacional Constituyente, que terminó construyendo la actual Constitución Política de Colombia. La Carta no avaló la extradición, lo que llevó a que, como expresa el volumen ‘Colombia adentro’ en su libro ‘Dinámicas urbanas de la guerra’, se diluyera un grupo que Escobar y sus aliados habían creado en 1986 luego de las primeras extradiciones de narcos: Los Extraditables.

Pablo Escobar había diseñado la colectividad junto a los zares del narcotráfico Gustavo Gaviria, Gonzalo Rodríguez Gacha, Carlos Lehder y los hermanos Juan David, Jorge Luis y Fabio Ochoa. Dos años antes de su creación, Rodríguez Gacha, Nelson Lesmes, Gilberto Molina y Fabio Ochoa se habían interesado en alianzas con las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio (ACMM) para vigilar los cultivos del cartel.