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Manuel Paredes López identificó 53 cuerpos de la toma y retoma del Palacio de Justicia

El precursor de la genética forense en Colombia fue fundamental en la identificación de las víctimas de las masacres de Bojayá (Chocó), de El Salado (Bolívar) y Pueblo Bello en Turbo (Antioquia).

Manuel Paredes López | Foto: Suministrada

El precursor de la genética forense Manuel Paredes López falleció este jueves, 19 de diciembre, en la ciudad de Santa Marta (Magdalena) a los 63 años, producto de la explosión de una estufa de gas en su apartamento, que le produjo quemaduras graves en su cuerpo.

En W Radio hablamos con el exdirector del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, Carlos Eduardo Valdés, quien recordó a su amigo y compañero de clases en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional.

Valdés recordó la carrera brillante del pionero de la genética forense en Colombia y del papel trascendental que jugó al haber identificado a 53 cadáveres de la toma y retoma del Palacio de Justicia, ocurrida entre el 6 y 7 de noviembre de 1985.

“En Colombia fue el hombre que permitió la identificación de muchos de los cuerpos esqueletizados, por no decir todos; contribuyó a la identificación de las víctimas de Palacio de Justicia. Hoy hay que reconocer que los cuerpos de Palacio de Justicia que se identificaron fue por el trabajo de Manuel Paredes, el primero de ellos; recuerdo que él, iniciando su laboratorio en el Instituto de Medicina Legal y yo con mi laboratorio en la Fiscalía, contribuimos a la primera identificación de la primera víctima de Palacio de Justicia en el año 1998, una identificación de unos restos calcinados (…)”, dijo.

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Valdés reconoció que eran retos para la genética: “El trabajo de Manuel ha permitido la identificación de 53 hasta ahora de las víctimas de Palacio de Justicia”.

Sin embargo, su trabajo se extendió a otras tragedias que dejó el conflicto armado interno: “Manuel contribuyó a la identificación de las víctimas de Bojayá, de Pueblo Bello, del Salado, de muchos de esos casos, además de muchos de cientos desaparecidos que, como cuerpos esqueletizados, han pasado por el Instituto de Medicina Legal”.

¿Quién fue Manuel Paredes López?

El exdirector del Instituto Nacional de Ciencias Forenses se emocionó al hablar del amigo con el que estudió y después se desarrolló profesionalmente.

“Para hablar de Manuel Paredes como ser humano, hay que decir primero que fue un ser humano maravilloso. Lo conocí desde muy joven; estaríamos de unos 25 años cuando entramos a la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional. Transcurrimos la carrera de medicina en un ambiente muy agradable; era un joven estudioso dedicado a las ciencias, juicioso con sus temas. Nos graduamos en el año 87; Manuel siempre fue reconocido como uno de los mejores estudiantes de medicina de la promoción de la Universidad Nacional”, dijo.

El también llamado padre de la genética forense en Colombia adelantó sus estudios especializados en la Universidad Complutense de Madrid en España, también se hizo maestro en genética en la Universidad Nacional, ingresó al Instituto de Medicina Legal en la década de los 90 y allí empezó a aplicar su conocimiento de la genética para resolver muchos de los casos que en esa década se planteaban como gran preocupación, como la desaparición forzada. “Con su empeño y tenacidad permitió la creación del laboratorio de genética del Instituto de Medicina Legal”, recordó Valdés.

Su trabajo permitió que se crearan los laboratorios de genética en Bogotá, Medellín y Cali.

“Villavicencio fue el último laboratorio que, Manuel, empecinado por resolver el problema de la desaparición forzada de la identificación de cadáveres, permitió esa construcción y el avance de la ciencia”, recordó el exdirector de Medicina Legal.

Agregó que su amigo que partió sorpresivamente siempre fue “un gran hombre; durante todo este tiempo fuimos compañeros en temas forenses, soy testigo del hombre dedicado, del joven, el adulto, el científico que cuando yo llegaba a trabajar como director, él ya estaba en el laboratorio, que cuando yo me iba, él aún permanecía en el laboratorio, un hombre siempre callado, tranquilo, sosegado, siempre tenía una solución a cualquier problema científico, estaba dedicado a su ciencia (…)”.

Sus conocimientos beneficiaron a varios países de Latinoamérica

Valdés también destacó que su gran colega fue un hombre dedicado a las ciencias forenses y dijo que “fue un compañero silencioso, fue mi apoyo, mi amigo, fue ese científico al cual respetamos y admiramos todos, una persona que no tenía que mostrarse ante los demás para que le reconociéramos su tranquilidad, su conocimiento; fue una persona laboriosa”.

Entre sus logros profesionales se destaca que formó el Grupo Iberoamericano de Trabajo en Análisis de ADN (GITAD), que promueve el desarrollo de la genética forense.

“Un grupo que reunía a los genetistas de España, Portugal y de México hasta la Patagonia, hasta Argentina, incluía la genética de Cuba, la genética de Nicaragua, apoyó el avance de la genética de muchos países, dentro de ellos, por ejemplo, la genética de Honduras, la genética del Salvador, la genética de Guatemala”, dijo.

Carlos Eduardo Valdés aseguró que su gran amigo y compañero de la vida profesional “era un hombre estudioso, un ser humano que no le ahorraba un minuto de su vida para la ciencia; era un amigo, era un compañero, era un hombre del alma. Las ciencias forenses estamos de luto por un científico de una alta calidad, como lo era Manuel Paredes (…)”.