Atlético Nacional derrotó a América 3-1 y se coronó campeón de la Copa Colombia 2024
Pese a que el partido fue suspendido por hechos de violencia por parte de la hinchada de América, Nacional se quedó con la copa por el marcador global 3-1.
Las finales no se juegan, se ganan. Esa máxima del fútbol cobró vida en Cali, donde Atlético Nacional, pese a no brillar con su juego, demostró por qué es el club más ganador del certamen y se llevó su séptima corona de la Copa Betplay.
El empate sin goles ante América de Cali certificó el 3-1 global obtenido gracias a la ventaja construida en Medellín. Y aunque el partido de vuelta no fue un despliegue de virtuosismo, sí fue un ejemplo de trabajo en equipo, garra y resistencia, virtudes que Nacional llevó al máximo para superar a un rival que dominó las acciones en el Pascual Guerrero.
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América hizo lo que tenía que hacer: dominó el balón, buscó con insistencia el gol que los mantuviera con vida y se volcó al ataque, empujado por su fervorosa afición. Pero allí estaba Nacional, defendiendo como un gato patas arriba, aguantando cada embestida con corazón y orden. En ese escenario de presión constante, emergió la figura de David Ospina, cuya serenidad y liderazgo justificaron su regreso al arco verdolaga.
“Por esto lo trajeron”, decían los comentaristas. Y es que el capitán fue clave no sólo con sus intervenciones, sino también en la manera de guiar a sus compañeros en los momentos más tensos del partido. Una sola ocasión clara tuvo Nacional en todo el juego, un disparo de Edwin Cardona que no comprometió demasiado a Jorge Soto. Pero en noches como esta, no se trata de cuántos tiros haces, sino de cuántos evitas.
Nacional mostró que las finales también se ganan con sacrificio colectivo. Cada jugador respaldó al otro, cada espacio fue cubierto con solidaridad. América, a pesar de su insistencia y el aliento ensordecedor de su hinchada, chocó una y otra vez contra una muralla bien plantada. La frustración comenzó a apoderarse de los locales, que al ver cómo se les escapaba la gloria, cedieron al desespero.
El descontento de los hinchas en las gradas derivó en desmanes que obligaron al árbitro José Ortiz a detener el partido antes del pitazo final. Una escena lamentable que empañó el desenlace de una final disputada con intensidad. Algunos jugadores de América no pudieron contener las lágrimas, conscientes de que el sueño había terminado y que las actitudes de una minoría habían manchado la noche.
Por razones de seguridad, el verdolaga no pudo recibir el trofeo en la cancha del Pascual Guerrero. Sin embargo, la gloria ya estaba asegurada. Nacional se coronó campeón de la Copa Betplay por séptima vez, consolidándose como el equipo más exitoso en la historia del torneo. Este es además el primer título en la era del técnico William Juárez, quien ha sabido imprimir un carácter competitivo y solidario a su plantilla.
Sin mucho tiempo para festejos, Nacional ya tiene la mente puesta en su próximo desafío: la final de la Liga Betplay ante el Deportes Tolima. Este miércoles, los verdolagas visitarán Ibagué para la ida, y el fin de semana cerrarán la serie en el Atanasio Girardot, con el apoyo de su apasionada hinchada.
Sebastián Arango Botero, presidente del club, fue claro en su mensaje: “Volveremos y vamos todos juntos”. La tarea ahora es conquistar el doblete y seguir alimentando el sueño de grandeza que, con noches como la de este domingo, demuestra estar más vivo que nunca.
El título quedó en manos del verde, pero queda un sabor agridulce por el contexto en el que se cerró la final. El fútbol debe ser celebración, no escenario de violencia o frustración descontrolada. Nacional ganó con justicia, con entrega y con inteligencia, y ahora mira hacia adelante, buscando cerrar el año con otra estrella en su escudo.