Procuradora rechaza designación de gestores de paz que vulneran derechos de víctimas

La procuradora general de la Nación, Margarita Cabello, rechazó con contundencia la designación de algunos gestores de paz, advirtiendo que estas decisiones revictimizan a las víctimas de violencia basada en género y la sexual, así como afectan la construcción de una paz sostenible.

Cabello expresó su especial preocupación por el caso de Hernán Giraldo Serna, exjefe paramilitar condenado por múltiples delitos sexuales, especialmente contra niñas.

Al respecto, la procuradora advirtió que resulta “inadmisible” que una figura como Giraldo Serna, “condenado por múltiples delitos sexuales contra niñas, sea ahora presentado como gestor de paz”.

Para la jefe del ministerio público, esta designación “ofende, revictimiza y no contribuye en forma alguna a la consecución de la paz”.

“Los derechos de las mujeres y niñas deben ser reconocidos y garantizados en todo momento”, agregó la funcionaria.

Por ese motivo, la procuradora subrayó la necesidad de garantizar que estas designaciones respeten los derechos humanos y no ignoren las voces de las víctimas.

Cabello también enfatizó en que la seguridad de las mujeres y niñas no puede comprometerse bajo ningún pretexto y que cada decisión estatal debe estar orientada a proteger su dignidad y garantizar entornos libres de violencia: “Estas acciones atentan contra la confianza en las instituciones, perpetúan la impunidad y envían una señal peligrosa para las víctimas que aún buscan justicia”.

“Desde la Procuraduría, hemos sido claros: las víctimas primero. No permitiremos que las mujeres sean invisibilizadas en el camino hacia la paz. La justicia debe ser para ellas y el Estado tiene el deber de actuar con diligencia para proteger sus derechos”, concluyó.

Finalmente, la funcionaria también advirtió sobre el impacto negativo que tienen las designaciones de gestores de paz con antecedentes de delitos graves en la seguridad de las mujeres, considerando que estas decisiones, lejos de contribuir a la reconciliación, minan los esfuerzos por erradicar las violencias estructurales y garantizar una vida libre de amenazas para ellas.