El detrás de cámaras de la protesta de ministros contra nombramiento de Benedetti
Y el accidentado consejo de ministros del pasado 26 de noviembre.
El detrás de cámaras de la protesta de ministros contra nombramiento de Benedetti
La llegada de Armando Benedetti a la Casa de Nariño ocasionó una inédita manifestación de rebeldía en el consejo de ministros citado para la noche del pasado lunes 25 de noviembre.
Como se los contamos, ministros y altos funcionarios –miembros del Pacto Histórico– le manifestaron al presidente Gustavo Petro que no querían entrar al consejo de ministros antes de que el jefe de Estado les explicara sus razones para nombrar al exembajador Benedetti como asesor presidencial.
Entre los reclamantes estaban:
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- La vicepresidenta de la República y ministra de la Igualdad, Francia Márquez
- El ministro de Defensa, Iván Velásquez
- La ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez
- El ministro de Educación, Daniel Rojas
- El ministro de Cultura, Juan David Correa
- El ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho
- El director de Prosperidad Social, Gustavo Bolívar
- La consejera presidencial para las Regiones, Luz María Múnera
- El director del Departamento Nacional de Planeación, Alexander López
Según una fuente, varios de los funcionarios inconformes se reunieron previamente en la sede de Planeación Nacional en la calle 26 para ponerse de acuerdo sobre los términos del reclamo y salir juntos hacia la Casa de Nariño.
El presidente Petro aceptó recibirlos antes del Consejo de Ministros, pero la reunión se alargó por cuatro horas mientras los otros miembros del gabinete esperaban en la antesala sin saber lo que estaba pasando. Entre los que se quedaron por fuera de la reunión había algunos miembros del gabinete de sectores de izquierda. Saltan a la vista:
- El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, a quien no invitaron al parecer por su cercanía a la directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (DAPRE), Laura Sarabia.
- El director de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, Carlos Carrillo, quien no es del agrado del director de Planeación Nacional, Alexander López, desde que Carrillo reclamó por el papel que jugó López –entonces presidente del Polo Democrático– en la selección de candidato a la Alcaldía de Bogotá Gustavo Bolívar y la elaboración de lista para concejo. López excluyó a Carrillo.
En fin, la reunión arrancó de manera serena pero firme y los funcionarios expresaron que Armando Benedetti era, a juicio de ellos, un “impresentable” para convertirse en asesor presidencial.
Destacaron los escándalos que Benedetti ha protagonizado, entre ellos sus insultos a Laura Sarabia y las amenazas explícitas al presidente, en particular la frase: “Todos nos vamos a la cárcel. Yo hice cien reuniones, conseguí $15.000 millones de pesos. Es más, si no es por mí, no ganan, yo salgo y cuento todo lo que sé”.
En la reunión también se habló del más reciente escándalo de Benedetti en Madrid, donde insultó a su esposa y a su suegra, cuchillo en mano, y terminó en una comisaría de Policía de la capital española, con el flamante embajador en la FAO alegando una inmunidad diplomática de la que no gozaba ante el Gobierno de España, ya que su acreditación era en Italia.
También mencionaron las ausencias sin permiso de Armando Benedetti y el uso de su pasaporte diplomático para hacer gestiones personales en Estados Unidos, lo cual le acarreó la cancelación de la visa de entrada a ese país.
Por esos comportamientos, el canciller Luis Gilberto Murillo anunció que el embajador Armando Benedetti era investigado por el Ministerio de Relaciones Exteriores, pero han pasado meses y las conclusiones de la investigación siguen sin conocerse.
Los funcionarios inconformes también dijeron que, para la base política del Gobierno, para la gente del común que respalda a Petro, era incomprensible que después de todo lo que ha hecho Benedetti fuera premiado una y otra vez, primero con la embajada de la FAO que se reabrió, sin necesidad y a un costo de más de $1.200 millones de pesos para el país y ahora, cuando se había cansado de Roma, fuera recibido en Palacio con su incorporación al círculo de asesores presidenciales.
Petro escuchó las quejas y respondió a sus altos funcionarios que ellos no iban a tener que ver con Benedetti, que no sería jefe de ellos y que no va a hacer parte del Consejo de Ministros. También dijo que el papel del cuestionado exembajador estará limitado a la relación con el Congreso.
La prolongada reunión terminó con el aplazamiento del Consejo de Ministros para el día siguiente, es decir ayer martes, a las 11:00 de la mañana.
En la entrada de Palacio, Gustavo Bolívar declaró: “Sí hubo una reunión, pero están distorsionando el objetivo. No era una rebelión, sino simplemente unas consultas que le queríamos hacer al presidente, y ya lo que hablamos ahí sí es del ámbito privado de nosotros”.
Y concluyó calificando el papel de Benedetti “va a ser como un enlace con el Congreso”.
Nadie quedó satisfecho con las respuestas del presidente. El consejo de ministro finalmente empezó a la 1 de la tarde y debió ser suspendido para que el jefe de Estado recibiera a la presidenta de Kosovo, Vsaja Osmani, cuya visita estaba prevista con días de anticipación.
Durante la pausa forzosa de más de una hora, el asunto de Benedetti volvió a dominar la conversación y cuando el jefe de estado volvió a la sala de reuniones lo intuyó y quiso poner punto final afirmando que el gobierno no podía aislarse y que Benedetti servía para conectarlo con otros sectores para la aprobación de las reformas.
El tema principal del Consejo de Ministros era el recorte presupuestal en varias de las carteras. Es decir, bastante ingrato. El presidente pronto empezó a reclamar por los índices de gestión y los que lo cuestionaban la noche anterior tuvieron que empezar a dar explicaciones.
La reunión del alto gobierno se extendió hasta las 8:00 de la noche y terminó con fuertes recortes en los presupuestos de varias carteras. Alguien comentó, con sorna, que Petro había sido especialmente duro con los inconformes de la noche anterior… pero el tema de Benedetti está lejos de terminar. En la bancada de Gobierno en el Congreso también empiezan a surgir preocupaciones. Las primeras manifestaciones públicas han sido las de los senadores Iván Cepeda y María José Pizarro, pero la inconformidad sigue creciendo.
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