Escolta era el único que tenía un arma: esposa del supuesto homicida de Juan Felipe Rincón

Las autoridades adelantan las investigaciones para esclarecer el crimen del Juan Felipe Rincón, hijo del general William Rincón, inspector de la Policía Nacional. Según conoció La W, el joven habría sido citado en el sur de Bogotá como una trampa para ser linchado por la comunidad tras mantener conversaciones sexuales por chat con una menor de edad.

Tatiana Vega, la esposa de Andrés Camilo Sotelo, quien para la Fiscalía es el principal sospechoso de la muerte de Juan Felipe Rincón, pasó por los micrófonos de La W para hablar sobre los hechos.

“Juan Felipe llegó y lo encaramos sobre la situación que ocurría con él y la menor de ocho años. La primera en enfrentarlo fue la madre (Katherine Sotelo), porque no es lógico que una persona de 21 años esté en contacto con una menor de 8 años y mucho menos que le esté enviando fotos obscenas y pida devuelta las mismas”, dijo.

Asimismo, relató que ellos esperaban que intentara escaparse y no aceptar los hechos, por lo que la familia lo acorraló, trajeron a la niña para que lo reconociera y ella misma confirmó que sí era el hombre con el que había estado conversando.

“Como el escolta vio que nosotros no lo queríamos soltar y lo teníamos amedrentado llegó con el arma y nos decía que los dejáramos ir, que lo soltáramos, empezó a disparar como un loco. ¿Como es posible que una persona de la Policía dispare cerca de donde hay menores de edad?”, dijo.

¿El escolta llegó “armado y drogado” al lugar?

También denunció que el escolta habría llegado bajo los efectos de sustancias psicoactivas al lugar.

“Este señor no llegó en sus cinco sentidos, llegó drogado. Sus facciones y actitudes eran muy raras, sus rasgos cambian, la mandíbula se le movía, no era cuerdo, disparaba al aire, él solo quería huir con el occiso”, agregó.

Según la información, el escolta intentó “arreglar” con ellos, pero se negaron, diciendo que no se iría hasta que la Policía llegara.

“Dijimos que no, que el no se iba a volar, que hasta que no estuviera la Policía allí, no nos íbamos a ir. Queríamos entregarlo a las autoridades (…) El único que estaba armado, con un arma de fuego, era el escolta. Cuando Juan Felipe cayó mi marido ya estaba en el suelo, pidiendo auxilio, con las dos manos sujetándose donde tenía la bala”, cerró.

Finalmente, aseguró que ellos también tenían un arma, pero era “de gas, un arma hechiza, que de hecho se desarmó totalmente, el mismo escolta se dio cuenta y aun así seguía disparando”.

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