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Reforma a la salud: cuentas de los empresarios y del Gobierno sobre su costo no coinciden

La Asociación Nacional de Empresarios, ANDI, advirtió que la reforma a la salud es fiscalmente inviable y que hay una diferencia de $163 billones entre las cuentas del Gobierno y las de ellos.

Imagen de archivo - Getty Images.

La Asociación Nacional de Empresarios, ANDI, advirtió que la reforma a la salud es fiscalmente inviable.

Los cálculos del gremio arrojan un déficit de $141.4 billones en los próximos 10 años, mientras que los cálculos del Ministerio de Hacienda arrojaban un superávit de $21.8 billones. Es decir, hay una diferencia de $163 billones.

“Al comparar la senda financiera del balance de la reforma planteada por el ministerio de salud y avalada por el ministerio de hacienda, con la estimación hecha por la ANDI, las diferencias son notables. A precios de 2024, estamos hablando de una diferencia de $163 billones de pesos en los próximos diez años, cerca de 10% del PIB. Estos resultados son totalmente contrarios a lo planteado en el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP) y a lo incorporado en la senda déficit fiscal compatible con la regla fiscal”, señaló el gremio.

La cifra sale de una estimación mayor de la Unidad de Pago por Capitación (UPC) corrigiendo la senda de gasto de mediana y alta complejidad, y también incorpora gastos que no fueron tenidos en cuenta en el último concepto realizado por el Ministerio de Hacienda.

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Sobre este último asunto, la Andi señaló que incluyó “la asunción de los pasivos de Nueva EPS por parte de la Nación o la formalización del talento humano en salud de las ISE públicas de mediana y alta complejidad, y se corrigen gastos que fueron subestimados, por ejemplo, el saneamiento de pasivos de hospitales públicos, los incentivos a la calidad, las unidades zonales de planeación y las licencias de maternidad para mujeres de los grupos A, B y C del Sisbén”.

Pero este es solo uno de los tres puntos de preocupación de la Andi:

“En primer lugar, la reforma está afectando el núcleo esencial del derecho fundamental a la salud y la garantía de su goce efectivo. En segundo lugar, esta reforma no resuelve los problemas que aquejan al sistema y genera muchas preocupaciones en aspectos como la ruta de atención y acceso a tecnologías para el paciente. Tampoco es clara a la hora de definir cómo operará el sistema de referencia y contrarreferencia entre la atención primaria y la atención de mediana y alta complejidad. Finalmente, se está aprobando la reforma sin entender su impacto fiscal”.

Finalmente, el gremio de los empresarios, que agrupa a las EPS, hizo un llamado a “atender, de manera prioritaria, los problemas financieros que aquejan al sistema en la actualidad y estudiar, de manera rigurosa, las proyecciones de gasto a futuro. Garantizar la salud de todos los colombianos es una responsabilidad que debe tomarse con seriedad”.