¿Se escribe “pitahaya” o “pitaya”? Conozca las diferencias entre las palabras y las frutas
Aunque parecen ser muy parecidas, las plantas de las que provienen, el color de su cáscara y su forma son algunas de las particularidades que deben distinguirse.
Las palabras homófonas son aquellas que, aunque en su pronunciación suenen exactamente igual, tienen distintos significados y distintas grafías, lo que las diferencia de otras clasificaciones, como las homónimas, que se pronuncian y escriben de la misma forma.
De hecho, la expresión se deriva de la combinación del griego homós, que significa “igual”, y phōnḗ, que significa “sonido”, por lo que el adjetivo describe a vocablos que tengan el mismo sonido. Por ejemplo, “hecho”, una conjugación del verbo hacer, y “echo”, del verbo echar.
Como “pitaya” y “pitahaya” tienen una misma pronunciación, pero diferente escritura, son palabras homófonas. Se trata de dos sustantivos que se refieren a frutos que crecen en plantas diferentes y que tienen formas diferentes, aunque comparten varias similitudes.
¿Pitaya o pitahaya?
La Real Academia Española (RAE), como cualquier institución que estudia un lenguaje, no se encarga de establecer manuales sobre lo correcto o incorrecto del habla, sino de recopilar expresiones utilizadas por un masivo conjunto de personas que interactúan.
El Diccionario de la Lengua Española (DLE), escrito por la RAE y la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale) establece que el español cuenta actualmente con más de 93.000 palabras y 19.000 americanismos que se esparcen entre hispanohablantes. Dependiendo de aspectos como el nivel de educación, en una conversación normalmente se usan solamente entre 300 y 500 palabras.
“Pitahaya” y “pitaya” aparecen en ese diccionario, aunque no es el único, lo que significa que ambas expresiones son válidas. Estos son algunas definiciones de las palabras, de acuerdo con institutos internacionales especializados:
- En el DLE, la pitahaya es un sustantivo femenino utilizado en más de diez países de América, incluyendo a Colombia, que se refiere a una “planta de la familia de las cactáceas”, es decir, de los cactus, que es “trepadora y de flores encarnadas o blancas según sus variedades. “Algunas dan fruto comestible”, sentencia el diccionario.
- La pitaya, por su parte, se muestra en el DLE como un término utilizado solamente en México, donde es un sinónimo de la pitahaya —es decir, es la planta— y un fruto del mismo cactus. También se le conoce como pitajaya, como en otros seis países de América y en las Antillas, y pitayo.
- El Diccionario de americanismos (Damer), diseñado por la Asale —de la que hace parte la Academia Colombiana de la Lengua—, es más específico. Según el texto, en nueve países, incluyendo a Colombia y México, la palabra “pitahaya” es poco usada para referirse a un “cactus perenne, trepador, con hojas carnosas de color verde, angulosas y armadas de espinas, flores de color blanco y fruto en baya, cuya pulpa es comestible”.
- La compilación de la Asociación muestra, en cambio, que siete países hablan de la pitahaya comúnmente cuando mencionan al fruto del cactus, que es “de forma oblonga o redonda y de color rojo o amarillo, según la especie, con pequeñas espinas en la cáscara, y pulpa consistente y espumosa, de sabor dulce, con diminutas semillas negras”.
- De acuerdo con el Damer, el término pitaya solo se utiliza en cinco países, entre los que no está Colombia pero sí México, y es solo un sinónimo de “pitahaya”, tanto para hablar del cactus como para hablar del fruto. En Guatemala, Honduras y Puerto Rico, la pitaya es un cactus de hasta dos metros de altura “con tallo ramoso y flores de color blanco, grandes y olorosas”.
El Diccionario de americanismos enfatiza en que “pitaya” es, en realidad, un apócope —un tipo de transformación que crea una palabra a partir de la supresión de uno o varios sonidos, o una o varias sílabas, de otra— de “pitahaya”. O sea, ambas palabras serían exactamente lo mismo, con la única aclaración de que se sustrae la cuarta sílaba, ha.
Entonces, ¿hay diferencias entre la pitaya y la pitahaya?
Los países en los que se habla de la pitahaya son, principalmente, centroamericanos. Las mayores excepciones son Paraguay, Colombia, Ecuador y Perú, ubicados en Sudamérica. La planta y la fruta son conocidas en función de las cantidades en las que se se cultivan y exportan, mas existe consenso en que se trata de una especie exótica.
En México, además, es una especie endémica. De acuerdo con el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera del Gobierno mexicano, la pitahaya y la pitaya comparten varios aspectos en común, como su uso en lo ornamental y en la recolección de sus frutos, así como lo extravagante de sus flores y las propiedades nutricionales.
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Ambas especies son parte de la familia de las cactaceae. Además, contienen vitaminas C, B1, B3 y B2, tanto como potasio, hierro, calcio y fósforo, un bajo nivel de calorías y un alto contenido en fibra. Más allá de sus semejanzas, su principal diferencia es el género al que pertenecen las frutas, dice el Gobierno de México.
Mientras la pitaya es parte del género Stenocereus, que tiene más de veinte especies de cactus que forman columnas con sus tallos y hacen crecer sus flores en sus ápices, la pitahaya es del Hylocereus, un tipo de cactus que no puede sostenerse por sí solo y que genera las flores más grandes de todas las cactáceas.
La forma de la pitaya y la pitahaya es distinta. Mientras que la pitahaya, conocida como “fruta del dragón”, es escamosa y ovoide, con pulpa roja, blanca o amarilla, dependiendo de su especie, la pitaya tiene una cáscara repleta de espinas que recubre una pulpa que puede ser blanca, roja, amarilla, morada, roja o violeta. El sabor de la pitaya es más dulce.