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Desarrollo energético del Caribe: claves para un futuro sostenible en Colombia

La región Caribe posee un enorme potencial energético que, en la actualidad, no se está aprovechando como se debe. Según expertos, se necesitan políticas más claras, financiamiento desde diferentes fuentes y un enfoque inclusivo.

Diferentes sectores concordaron en la necesidad de trabajar de la mano con todos los actores que confluyen en la misma dinámica para abordar los desafíos del sector energético. | Foto: Caracol Radio

En la Gran Mesa de Diálogo del desafío energético del Caribe, sostenida durante la firma de la Alianza Caribe Potencia Energética, líderes del sector discutieron los principales retos y oportunidades con los que cuenta la región en la ruta para convertirse en una potencia energética sostenible.

Jaime Andrés Niño, vicepresidente senior para América Latina de AECOM, abrió el debate enfatizando en el enorme potencial del territorio, que supera los 20 GW en energías renovables. Este, afirmó, representa “la ventaja competitiva más importante que tiene Colombia”, pero advirtió que materializarlo no será fácil.

Asimismo, subrayó la importancia de establecer políticas claras de atribución y financiamiento público, así como de fortalecer los consensos y las iniciativas público-privadas que garanticen la confianza y la comunicación entre los sectores. Además, propuso enfocar los proyectos estratégicos en garantizar un sistema autosuficiente, confiable y asequible para todos.

Por su parte, Miguel Lotero Robledo, exviceministro de Energía, señaló que la arquitectura institucional del sector requiere ajustes. Además, advirtió que “el rol del Gobierno es fundamental en la crisis actual”, destacando que la región necesita un enfoque diversificado que incluya electrificación total y un portafolio de estrategias que atiendan las necesidades específicas del Caribe. También sugirió repensar los procesos de consulta previa para agilizar los proyectos estratégicos sin sacrificar los derechos de las comunidades afectadas.

Miguel Lotero Robledo, ex viceministro de Energía, resalta la importancia de fortalecer el rol del gobierno y repensar estrategias como la consulta previa para impulsar la transición energética y el desarrollo del Caribe. | Foto: W Radio

A su turno, Luz Stella Murgas, presidenta de Naturgas, se refirió a los tres grandes retos que tiene el país: seguridad energética, pobreza y cambio climático, insistiendo en la urgencia de reducir la pobreza energética, que afecta a 8,4 millones de colombianos, especialmente a las familias que aún dependen de la leña como principal fuente de energía. De acuerdo con la directiva, parte de la respuesta a tales problemas está en el Caribe, región que cuenta con la mayor reserva de gas natural del país.

Paralelamente, Murgas destacó los avances en la reducción de emisiones de carbono, mencionando que el sector logró pasar de 2,8 millones de toneladas a 2,6 millones, y advirtió que dicho esfuerzo debe ir acompañado de estrategias que

garanticen la asequibilidad de la energía.

La clave podría estar en La Guajira. De hecho, Federico Echavarría, presidente de AES Colombia, calificó al departamento como el epicentro de la apuesta de la empresa por un sistema más sostenible, haciendo un llamado a todos los actores para enfocar esfuerzos en proyectos que además de confiables y asequibles, reduzcan la huella de carbono en la región.

Federico Echavarría, presidente de AES Colombia, destaca el compromiso de la compañía con el desarrollo del Caribe como potencia energética, con proyectos clave en La Guajira. | Foto: W Radio

“La Costa Caribe tiene un papel crucial para garantizar la viabilidad del sistema energético colombiano en los próximos 25 años”, agregó Tomas González, director del Centro Regional de Estudios de Energía (CREE), advirtiendo sobre la necesidad de una mayor colaboración entre los actores públicos y privados para cumplir con dicha meta.

Para los expertos, la gran conclusión de este primer encuentro radica en que, además del desarrollo de infraestructura y la diversificación de la matriz energética, la transición debe ser justa e inclusiva. Esto implica garantizar que las comunidades locales sean parte de los beneficios derivados de estos proyectos y que los costos asociados no recaigan desproporcionadamente en los hogares más vulnerables.