Defensora del Pueblo llama a la reflexión a reguetoneros sobre su responsabilidad social
La defensora del pueblo, Iris Marín, envió una carta a Karol G, Maluma, Feid, JBalvin y Ryan Castro en la que llama la atención a los artistas por su canción +57 y los invita a cantar sobre los sueños de las niñas.
En una carta enviada a los artistas más influyentes del género urbano, la defensora del Pueblo, Iris Marín Ortiz, hace un llamado a la reflexión sobre el impacto que tienen las letras y los mensajes que difunden los artistas de reguetón en la sociedad colombiana y mundial. La misiva está dirigida a los participantes de la canción +57: Dilan, Maluma, Feid, Blessd, Ryan Castro, J Balvin y Karol G, a quienes invita a reconsiderar las representaciones que promueven en sus canciones, especialmente aquellas que pueden perpetuar estereotipos de violencia y machismo.
Iris Marín, quien es la primera mujer en ocupar el cargo de defensora del Pueblo en Colombia, comienza su carta reconociendo el éxito global de estos artistas, quienes son vistos como referentes para millones de personas. Enfatiza la importancia del reguetón como un vehículo de expresión cultural y social que ha puesto a Colombia en el mapa musical mundial. Sin embargo, señala que, debido a su enorme influencia, los artistas tienen una responsabilidad que va más allá de entretener: “Su voz es potente, es escuchada. Su voz puede ser usada para confrontar esa cultura violenta y machista y contribuir a su transformación”, escribió.
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El núcleo de la crítica de Marín Ortiz se centra en la reciente canción de los reguetoneros, cuyo mensaje, según ella, reproduce un esquema de liberación superficial que oculta elementos de machismo y violencia. La letra de la canción presenta a una mujer que, aunque “tiene dueño”, decide escapar, lo que según la defensora, perpetúa la idea de que las mujeres son objetos de propiedad y, por ende, carecen de autonomía sobre sus vidas y cuerpos.
La defensora también hace un llamado de atención sobre cómo algunas letras del reguetón, como las que mencionan el consumo excesivo de alcohol y la objetivización de las mujeres, pueden normalizar comportamientos peligrosos y contribuir a la perpetuación de la cultura de la violencia en Colombia. “No podemos perder de vista que dicho consumo [de alcohol y drogas] puede ser problemático si no hay plena libertad y consciencia adecuadas”, apunta Marín, subrayando que la trivialización de temas como la borrachera extrema puede generar efectos negativos, especialmente entre los jóvenes.
Marín no duda en señalar la contradicción que se presenta cuando se utiliza el reguetón como un medio para exaltar la “liberación sexual”, mientras en otras canciones y discursos se perpetúan visiones machistas y estereotipos de género. En particular, subraya que los recientes casos de explotación sexual y violencia de género en Colombia, especialmente contra mujeres y niñas, deberían ser una motivación para los artistas a la hora de elegir qué valores promover a través de su música.
En su carta, la Defensora del Pueblo no se limita a las críticas sobre la música. También pone en contexto la violencia estructural que atraviesa Colombia, particularmente en las ciudades turísticas como Medellín, que se han convertido en puntos de explotación sexual, tanto infantil como de adultos, debido al turismo masivo. Al respecto, Marín Ortiz recordó que el país enfrenta una crisis de violencia de género alarmante, citando estadísticas recientes que reflejan un preocupante aumento de feminicidios y casos de abuso sexual, especialmente contra niñas y adolescentes.
La Defensora apela a la conciencia de los artistas, instándolos a que, en lugar de glorificar una visión distorsionada de la fiesta y la libertad, usen su plataforma para promover mensajes positivos. “¿Qué tal si nos cantan sobre los sueños de las niñas? No de los que se frustraron, sino de los que queremos apoyar: los de igualdad, sus aspiraciones, su felicidad, su derecho a vivir una vida libre de violencias”, propone, invitando a los reguetoneros a ser agentes de cambio.
Finalmente, Iris Marín concluye su carta con un llamado a la unión, no solo para celebrar la música y la cultura, sino también para construir un futuro más justo y libre de violencia para las nuevas generaciones. “Unámonos, como ustedes lo quisieron en esta canción, pero en torno a un #UnBuenFuturo para las niñas, niños y adolescentes”, enfatiza.