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¿Qué es cegar y segar? Son similares, pero no significan lo mismo, según RAE: explicamos

Estas palabras son categorizadas en el idioma español como homófonas: suenan igual, pero en escritura y significados son diferentes.

No ver imagen de referencia. Foto: Getty Images.

No ver imagen de referencia. Foto: Getty Images. / Sergio Mendoza Hochmann

Según explica el Ministerio de Asuntos Exteriores de España, “el español es una lengua global que vive un crecimiento constante muy significativo. Se encuentra entre las cinco primeras lenguas del mundo en número de hablantes, en número de países donde es oficial y en extensión geográfica. Es lengua oficial de las Naciones Unidas y un idioma de referencia en las relaciones internacionales”.

“Con casi 500 millones de personas, es la segunda lengua materna del mundo por número de hablantes, y la tercera lengua en un cómputo global, al sumar dominio nativo, competencia limitada y estudiantes de español, rozando los 600 millones”, explica la entidad citando uno de los anuarios del Instituto Cervantes.

La Real Academia Española (RAE) ha realizado diversos cambios en lenguaje, los cuales han sido considerados por muchas personas como inválidos al agregar palabras como “perreo”, “disforia de género”, “supervillano”, “chundachunda” y muchas más.

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Sin embargo, cabe resaltar que los cambios en los términos usados por las comunidades gracias a su cultura. La creciente gentrificación de las ciudades y la globalización de la información han provocado un aumento en el uso de términos locales por personas externas, llevando así a una presión social del uso de cada palabra.

Ante esta situación, la RAE explicó que no agregar palabras nuevas al lenguaje provocaría que el español se trasforme en una “lengua muerta”.

En esa línea, y como todo idioma en el mundo, tiene determinadas normas ortográficas que no se pueden omitir, pues en caso de no aplicarlas se puede, por ejemplo, cambiar el sentido de las frases.

Ahora, hay palabras que suelen ser homófonas, es decir, que suenan igual a la hora de pronunciarlas, pero se escriben diferente y tienen significados distintos.

Es el caso de cegar y segar, que son palabras con sentidos muy diferentes.

Caso cegar y segar

Para analizar este caso, quien da la introducción es la Academia Ecuatoriana de la Lengua, que explica en su web que “el término segar no significa lo mismo que cegar, por lo que resulta inapropiado emplearlos indistintamente”.

Y por qué no son lo mismo, básicamente porque la primera tiene que ver con una condición casi que netamente física, así:

Segar:

  • Según la RAE, segar es “cortar algo con la hoz’. (ejemplo). Verbo irregular: se conjuga como acertar. Con frecuencia se emplea metafóricamente con el sentido de ‘acabar violentamente [con algo, especialmente con la vida de alguien]’: «Los pelotones de fusilamiento han segado la vida de muchos hombres ilustres»”, ejemplicó.

Cegar:

  • Por su parte, dice la RAE que cegar es “dejar permanentemente sin vista (a una persona o a un animal).  Dejar pasajeramente sin vista (a alguien o a sus ojos)”.

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