Bloqueos de vendedores informales en TransMilenio afectó a más de 25.000 usuarios en Bogotá

Los bloqueos en TransMilenio afectan a miles de ciudadanos en Bogotá tras una protesta de vendedores informales en la estación Ricaurte.

Protestas en Bogotá. Foto: captura de pantalla.

Bogotá

Este martes, 29 de octubre, el sistema de transporte TransMilenio de Bogotá vivió una de sus jornadas más difíciles. Desde horas de la mañana, vendedores informales bloquearon el acceso en la estación Ricaurte, desatando un caos en tres de las principales troncales del sistema y afectando a más de 25.000 usuarios.

Los bloqueos, motivados por un operativo de control que regulaba la entrada de personas con carga sobredimensionada, ocasionaron la paralización de 27 rutas y el cierre de numerosas estaciones, afectando especialmente a quienes dependían del transporte público para llegar a sus destinos en la capital.

Le puede interesar:

La protesta tomó fuerza en las troncales Américas, NQS Sur y NQS Central, donde se registraron cierres en estaciones clave como De la Sabana, Ricaurte, CDS Carrera 32, General Santander, Movistar Arena, entre otras. Estas interrupciones generaron retrasos significativos en las rutas habituales, lo que obligó a miles de usuarios a buscar rutas alternativas o, en muchos casos, a quedar atrapados en medio del caos.

Ante la magnitud de los bloqueos y las consecuencias para la movilidad de la ciudad, las autoridades desplegaron efectivos de la Policía y del Escuadrón Móvil Antidisturbios (UNDMO) para intentar disuadir a los manifestantes y restaurar el flujo en las estaciones afectadas. Sin embargo, la situación continuó tensa y se reportaron actos de vandalismo como grafitis en uno de los buses troncales, complicando aún más los esfuerzos por normalizar el servicio.

Un equipo de diálogo también fue desplegado en la estación Ricaurte, con la intención de mediar con los manifestantes. Los funcionarios intentaron abrir una negociación para desbloquear los accesos, pero, según fuentes en el lugar, la propuesta fue rechazada por los vendedores informales, quienes se mantuvieron en su posición, argumentando que las restricciones impuestas por el sistema TransMilenio afectan directamente su subsistencia.