El 7 de octubre de 2023, <b>el amanecer trajo consigo el sonido penetrante de sirenas que se escuchaban a lo largo y ancho de Israel</b>. Mientras el país celebraba <b>Simjat Torá</b>, una de las festividades más alegres del calendario judío, <b>el día se convirtió en una pesadilla inimaginable.</b><b>A las 7:00 de la mañana, las alarmas no solo alertaban de un ataque con misiles, sino que marcaban el inicio de un asalto coordinado por Hamás, el grupo islamista que controla la Franja de Gaza</b>. Aquello no era un conflicto aislado ni una escalada de violencia más, era una invasión total.Se trataba del primer ataque a territorio israelí de esta magnitud desde la guerra árabe- israelí de 1948, y en palabras del primer ministro <b>Benjamín Netanyahu: “Israel estaba en guerra”.</b><b>La ofensiva, llevada a cabo por tierra, aire y mar, devastó varias comunidades en el sur de Israel. </b>Militantes de Hamás, tras romper la barrera de seguridad, se infiltraron en pueblos y kibutzim, dejando a su paso escenas de terror: casas destruidas, familias asesinadas, y personas secuestradas, entre ellos mujeres, niños y ancianos.El horror no terminó ahí. <b>Lo que ocurrió en el festival de música Nova, donde más de 260 jóvenes fueron asesinados, sumó una nueva capa de crueldad a esta tragedia</b>. Las imágenes desgarradoras de mutilaciones, personas incineradas y decapitaciones comenzaron a inundar las redes sociales, propagadas por los propios atacantes, generando un shock inmediato tanto dentro como fuera de Israel.<b>Mientras el ejército israelí trataba de recuperar el control</b>, la población, atrapada en sus hogares bajo el constante lanzamiento de misiles, <b>vivía con el miedo de que las atrocidades que veían en sus pantallas se convirtieran en su realidad personal.</b>Hoy, un año después de aquel fatídico día, Israel sigue envuelto en el duelo por los más de 1,200 muertos y continúa buscando respuestas sobre los 101 civiles que aún permanecen secuestrados en Gaza. <b>Las alarmas de misiles aún suenan en el norte y el sur del país, mientras la incertidumbre y el temor persisten.</b><b>La guerra parece no tener un final claro</b>, y con una crisis humanitaria que empeora a cada día, el futuro del Medio Oriente sigue siendo tan incierto como aquel oscuro 7 de octubre que, hasta el día de hoy, muchos no logran comprender cómo pudo suceder.