Bombardeos, explosiones y misiles: así se vive un año de guerra en la Franja de Gaza

Por un año completo, la población de la Franja de Gaza ha vivido bajo constante ruido de bombardeos, explosiones y misiles, tanto de día como de noche. Esta guerra ha destruido más del 70% del territorio, con Israel lanzando unas 85.000 toneladas de explosivos, algunos de ellos. prohibidos.

Las víctimas ascienden a más de 41.500 personas, entre ellas 17.000 niños y 11.500 mujeres, y más de 10.000 personas desaparecidas. Además, más de 96.000 han resultado heridos.

Hablamos con un gazatí para que nos cuente cómo ha sido vivir un año entero bajo bombardeos.

“El Ejército de Israel destruyó nuestras casas en el norte y nos ordenó evacuar hacia el sur, nuestra vida se ha convertido en destrucción. Cualquier lugar donde giras tu cabeza hay destrucción, fuimos hacia el sur y encontramos destrucción, en cualquier lugar hay destrucción. Los niños tienen miedo, incluso nosotros, los mayores, tenemos miedo del sonido de las explosiones. Soñamos en cada momento volver a casa”, relató.

Esta guerra no se trata solo de bombardeos que destruyen edificios y matan a civiles inocentes, sino de un asedio constante que convierte la vida diaria de la población en una lucha por sobrevivir.

El conflicto ha forzado a 2′000.000 de personas a abandonar sus hogares. La mayoría ahora viven ahora en tiendas de campaña en condiciones inhumanas. La falta de higiene ha provocado la propagación de enfermedades.

Tenemos a un ciudadano que vive en una tienda de campaña cerca de un contenedor de residuos, para que nos explique qué significa vivir en este lugar.

“Nos hemos visto obligados a tener que residir en estos lugares, cerca de los contenedores centrales de la zona central de Gaza. Estos contenedores y la basura ayudan a la expansión de enfermedades contagiosas entre los niños, las mujeres y los ancianos, en este año hemos visto enfermedades que nunca antes habíamos pensado, como enfermedades cutáneas, además de diarrea, vómitos, varicelas y hepatitis”, comentó.

La escasez de agua y alimentos se agrava por las restricciones impuestas por Israel, causando hambruna y malnutrición. Cada mañana esta población hace largas colas en las fuentes para llenar algo de agua y luego van a los auspicios para obtener un plato comida.

“Mira el lugar tan sucio donde debemos venir a llenar el agua. Tenemos que levantarnos todos los días a las 4 de la mañana de la mañana para hacer estas colas, para conseguir un poco de agua para beber, para mí y para mis hijos. Esta es la situación de sufrimiento que estamos pasando durante este año”, dijo.

Antes del 7 de octubre, los gazatíes tenían una vida, una familia, un hogar y sueños por cumplir. Ahora, todo parece estar en ruinas, saben que sus vidas no volverán a ser como antes.

Cada día que pase, hasta que esta pesadilla terminé, traerá más historias trágicas y más sufrimiento.

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