El próximo 2 de octubre de 2024, el cielo nos regalará un espectáculo cósmico: un eclipse anular de sol, conocido popularmente como el “anillo de fuego”. Este tipo de eclipse, aunque menos frecuente que los eclipses solares totales, tiene un encanto especial por su apariencia única y por el misticismo que ha inspirado en diferentes culturas a lo largo de la historia. ¿Qué lo hace tan especial y por qué se le conoce con ese nombre tan llamativo?

¿Qué es un eclipse anular?

Un eclipse anular ocurre cuando la Luna, en su órbita alrededor de la Tierra, se alinea perfectamente entre nuestro planeta y el Sol, pero en este caso, la Luna se encuentra en su punto más alejado, lo que se conoce como apogeo. Esto significa que la Luna, al estar más lejos, no cubre por completo el disco solar como lo haría en un eclipse total. En lugar de oscurecer por completo al Sol, lo que se observa es un anillo brillante alrededor de la Luna, lo que da lugar al fenómeno que se llama “anillo de fuego”.

Diferencias entre un eclipse anular y un eclipse solar total

La principal diferencia entre un eclipse anular y uno solar total radica en la distancia de la Luna con respecto a la Tierra en el momento del evento. Mientras que en un eclipse total la Luna cubre completamente el Sol (porque está más cerca de la Tierra), en un eclipse anular, la Luna parece más pequeña y deja al descubierto los bordes del Sol. El eclipse anular no provoca una oscuridad total, como en un eclipse solar total, sino una penumbra más suave.

En un eclipse total, la sombra de la Luna oscurece completamente el cielo por unos minutos, permitiendo ver la corona solar, que es la atmósfera exterior del Sol. Sin embargo, en un eclipse anular, aunque también es visible la corona, el espectáculo se centra en ese resplandor circular que rodea a la Luna, dándole la apariencia de un anillo brillante, de ahí el apodo de “anillo de fuego”.

¿Por qué lo llaman el “anillo de fuego”?

El término “anillo de fuego” se refiere precisamente al anillo luminoso que queda visible alrededor de la Luna durante un eclipse anular. Como la Luna no es lo suficientemente grande para bloquear completamente la luz del Sol desde la perspectiva terrestre, el borde del Sol permanece visible, formando un círculo brillante. Este anillo se asemeja a una llameante corona dorada, dando lugar a esta poética descripción.