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La palabra del español que se puede pronunciar, pero no escribir

Un problema gramatical que radica en la combinación de letras es el causante de que no se pueda escribir en el español.

Imagen de referencia. Foto: Getty Images / Westend61

En el fascinante mundo de la lengua española, existen curiosidades que desafían nuestras habilidades para hablar y escribir. Una de ellas es la forma imperativa del verbo “salirle”, que, aunque se puede pronunciar perfectamente, no se puede escribir de acuerdo con las reglas gramaticales del español. Estamos hablando de la palabra “¡Salle!”.

¿Por qué no se puede escribir “¡Salle!”?

El problema radica en la combinación de sonidos y letras que resultan de unir el verbo “salir” con el pronombre enclítico “le”. En español, el imperativo de “salir” es “¡Sal!”, pero cuando se añade el pronombre “le” para indicar dirección o destinatario de la acción, surge una forma que se pronuncia como “¡Salle!” (con doble ele o sonido palatalizado).

Sin embargo, escribir esta forma presenta una complicación:

No existe una regla ortográfica para “¡Salle!”: en español, la secuencia “l-l” no es válida para representar un sonido consonántico doble en el interior de una palabra o expresión. Tampoco se puede separar con guiones como “sal-le”, ya que esta no es una convención aceptada para representar el imperativo con pronombres.

La pronunciación está Clara, pero no la escritura: a nivel oral, todos entendemos qué significa “¡Salle!” en el contexto adecuado. Sabemos que se refiere a decirle a alguien que salga, dirigiendo la acción hacia un destinatario específico, como en la frase: “¡Salle al toro, Pedro!”. Pero la Real Academia Española (RAE) no ha establecido una manera oficial de plasmar esta forma en la escritura.

En la práctica, para evitar confusiones al escribir, se recomienda reformular la frase para que el pronombre “le” no esté directamente unido al verbo en imperativo. Por ejemplo, en lugar de decir “¡Salle!”, podrías optar por:

“¡Sal y dile!”

“¡Sal de inmediato!” (evitando la estructura directa con “le”)

Esta peculiaridad de la lengua nos recuerda que el español es un idioma rico y complejo, lleno de matices que van más allá de la ortografía. También nos muestra que la oralidad y la escritura no siempre van de la mano, especialmente en las formas verbales con pronombres enclíticos.

En 2016, la RAE respondió sobre este asunto en lo que era llamado Twitter, cuando un usuario preguntó por este hecho y en la cuenta de tal red social, la autoridad gramatical, aseguró que no tenía la respuesta: