La bailarina de danza árabe <b>Antonina Canal,</b> que reúne en sus redes sociales más de 140.000 seguidores y quien tiene una <b>academia de danza llamada Prem Shakti</b>, ha sido el foco de numerosas denuncias en redes sociales sobre <b>presunto acoso laboral y un trato inhumano a sus exprofesoras y colaboradoras.</b><b>La W Radio tiene en su poder chats en donde se evidencia que les pone memorando sin ninguna razón</b>, no les paga a tiempo su salario e incluso, audios como este que escucharán a continuación:“<b>Trabajar con ella era muy desgastante, personalmente le tenía muchísimo miedo y ejercía una manipulación gigante</b>. Yo empecé a trabajar allí a los 18 años y solo quería bailar. Yo ganaba 5.000 pesos por alumna y había clases que iban 2 o 3. <b>Ella pedía modificar mis hábitos con tal de verme de cierta manera solo con el propósito de que no me sacara de los shows o de clase</b>. <b>Nunca tuve un contrato legal, primas, auxilios de transporte, auxilio de cesantías, vacaciones remuneradas, ni seguridad o medicina laboral</b>”, señaló Camila*, una extrabajadora de la academia quien pidió mantener su nombre en reserva.“Yo entré a la académica cuando tenía 15 años, fascinada por la danza y enamorada del discurso espiritual que nos daba Antonina. <b>Por mi corta edad y mi experiencia, no me di cuenta de las cosas graves que estaban pasando</b>. A mí nunca me pagó ni una sola vez el dinero, me decía que todo lo que me ganaba en la academia tenía que ser canjeado por clases y yo accedí porque me decía que sin ella yo no era nadie. Ella me decía que, si preguntaban, yo tenía que decir que tenía 18 años”, dijo Sara*, también extrabajadora de la academia Prem Sharki.Cuentan que durante su proceso con Antonina, <b>les pidió cambiar sus hábitos para conservar sus cuerpos.</b>“<b>Ella nos decía que el valor que teníamos como mujeres era la capacidad de las otras personas de sexualizarnos.</b> Debía mantener un físico muy específico, teníamos largas horas de entrenamiento que eran después de las 10 pm. No nos permitía comer, en algunas ocasiones no vio comiendo y eso era un gran problema porque para ella representaba falta de compromiso de mi parte. Hubo una ocasión en la que me desmayé y para ella eso fue drama. Esto se repetía de manera constante”, añadió Sara*.<b>En redes sociales a la academia la muestran como un lugar de sanación femenina</b>, pero por chats que la W Radio tiene en su poder se ve que, al parecer, <b>Antonina se refiere a sus trabajadoras como zombies u orangutanes</b>. Como estas denuncias, ya hay una que reposa en el Ministerio de Trabajo y en redes se pueden encontrar numerosos testimonios.La W Radio hizo contacto con la bailarina Antonina canal y respondió mediante un comunicado que solo conocía una queja por presunto acoso laboral por una trabajadora que aún está vinculada a su empresa. <b>Haciendo referencia a los salarios dijo que siempre los pagó puntualmente y sobre los malos tratos, dijo que siempre se ha dirigido a sus trabajadoras o colaboradoras con respeto y comprensión.</b> Sin embargo, los audios y los chats que tenemos dicen lo contrario.