Guardia Revolucionaria iraní prometió respuesta contundente a Israel por ataques en Líbano
El llamado Eje de la resistencia es una alianza informal antiisraelí, liderada por Irán y formada por Hezbollah, los palestinos de Hamás y los hutíes del Yemen, entre otros.
La Guardia Revolucionaria iraní aseguró este jueves 19 de septiembre que Israel sufrirá “una aplastante respuesta” por el ataque con buscapersonas y walkie-talkies contra miembros de Hezbollah en Líbano que mató a 37 personas e hirió a otras 3.200.
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“Habrá pronto una aplastante respuesta por parte del Eje de la resistencia y seremos testigos de la destrucción de este régimen sediento de sangre y criminal”, dijo el comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria de Irán, el general Hosein Salamí, en un mensaje al líder del grupo chií libanés Hezbollah, Hasán Nasrala, informó el medio Iran Nuances.
“Estos actos terroristas son el resultado sin duda de la desesperación y los sucesivos fallos del régimen sionista”, añadió el jefe de la poderosa fuerza militar iraní.
El llamado Eje de la resistencia es una alianza informal antiisraelí, liderada por Irán y formada por Hezbollah, los palestinos de Hamás y los hutíes del Yemen, entre otros.
Irán y Líbano han atribuido a Israel las explosiones simultaneas de buscapersonas y walkie-talkies del martes 17 y miércoles 18 de septiembre que causaron la muerte de 37 personas y heridas a 3.200, entre ellas al embajador iraní en Líbano, Mojtaba Amani.
El diplomático iraní se encuentra en buen estado, según versión oficial.
El representante de Irán ante las Naciones Unidas, Saeed Iravani, advirtió hoy que su país se reserva el derecho de responder legalmente al ataque que sufrió su embajador en Líbano.
Por su parte, el presidente de Irán, Masud Pezeshkian, criticó ayer a los países occidentales y en especial a Estados Unidos por su apoyo a Israel tras las explosiones de buscapersonas en Líbano, que calificó del “colmo de la criminalidad”.
A finales de julio el líder de Hamas, Ismail Haniyeh, fue asesinado en Teherán durante la investidura del presidente iraní, Masud Pezeshkian, y el país persa prometió una dura venganza, que aún no se ha producido.