Internacional

Gobierno del Líbano pidió a la ONU poner fin a la “guerra tecnológica” de Israel

Los ataques han dejado 37 muertos y casi 3.000 heridos en el Líbano.

Bandera del Líbano y la ONU. I Foto: Getty Images.

El primer ministro de Líbano pidió este jueves 19 de septiembre a la ONU poner fin a la “guerra tecnológica” de Israel, a quien acusa de estar detrás de las explosiones de dispositivos de comunicación pertenecientes a miembros de Hezbolá que dejaron 37 muertos en dos días.

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Hasan Nasralá, jefe del movimiento islamista libanés, proiraní y aliado del Hamás palestino, hablará a las 17:00 sobre las explosiones del martes y el miércoles, que además de las 37 víctimas mortales dejaron casi 3.000 heridos, según el Ministerio de Salud libanés.

La ONU debería adoptar en su reunión del viernes, donde tiene previsto abordar las explosiones, “una postura firme para detener la agresión israelí contra Líbano y la guerra tecnológica que está librando”, afirmó Najib Mikati en un comunicado.

El martes, las explosiones simultáneas de cientos de bíperes, un dispositivo de comunicación utilizado por el movimiento islamista proiraní, mataron a doce personas, dijo el ministerio.

Un día después, una segunda ola de explosiones dirigidas contra walkie-talkies dejaron 25 muertos, según un nuevo balance comunicado el jueves 19 de septiembre por la misma fuente.

Israel no se ha pronunciado sobre las explosiones, que se produjeron después de que anunciara la extensión de sus objetivos de su actual guerra contra Hamás en la Franja de Gaza a su frontera norte con Líbano.

El objetivo es permitir el regreso de las personas que tuvieron que abandonar sus hogares en el norte de Israel debido a los enfrentamientos en la frontera.

Infiltración del Mosad

Las explosiones de bíperes y walkie-talkies los últimos dos días son el “mayor golpe jamás asestado a la formación proiraní” por parte de Israel, según una fuente cercana a Hezbolá.

Estas se produjeron en todo el país, cuando los miembros de Hezbolá que llevaban los dispositivos estaban en casa, de compras o asistiendo a un funeral.

Según el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, el “centro de gravedad” de la guerra se está moviendo “hacia el norte”, donde los disparos casi diarios entre el ejército y Hezbolá han provocado el desplazamiento de decenas de miles de personas a ambos lados de la frontera.

Este mismo jueves, el ejército israelí anunció haber bombardeado seis “sitios con infraestructuras terroristas” y un depósito de armas de Hezbolá en el sur de Líbano, así como una instalación de almacenamiento de armas.

Desde que comenzó la guerra en Gaza, en octubre de 2023, Hezbolá abrió un frente en su frontera con Israel para apoyar a sus aliados de Hamás.

Según Charles Lister, un experto del Middle East Institute, el Mosad, el servicio de inteligencia exterior israelí, “se ha infiltrado en la cadena de suministro” de Hezbolá para provocar las explosiones.

Una investigación preliminar de las autoridades libanesas apuntó que “los dispositivos estaban preprogramados para explotar y contenían materiales explosivos colocados junto a la batería”, dijo a la AFP un funcionario de seguridad.

En el frente diplomático, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, pidió a Israel y Hamás “voluntad política” para alcanzar un acuerdo de alto el fuego, después de meses de negociaciones infructuosas.

La guerra en la Franja de Gaza se desencadenó por un ataque de comandos islamistas de Hamás en el sur de Israel el 7 de octubre de 2023.

La incursión dejó 1.205 muertos, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP hecho a partir datos oficiales israelíes. Este recuento incluye a los rehenes muertos o abatidos durante su cautiverio en Gaza.

De los 251 secuestrados durante la incursión islamista, 97 siguen cautivos en Gaza, aunque 33 de ellos fueron declarados muertos por el ejército israelí.

Los bombardeos y operaciones terrestres israelíes destruyeron la Franja de Gaza y provocaron la muerte de al menos 41.272 palestinos, la mayoría civiles, según datos del Ministerio de Salud del territorio, gobernado por Hamás, y que la ONU considera fiables.