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Residente electrificó el WiZink Center en Madrid con explosión musical y mensaje social

El pasado 15 de septiembre, Madrid fue testigo de un show cargado de vibra y letras que resonaron con fuerza en el WiZink Center.

Residente | Foto: GettyImages / Aldara Zarraoa

Entre versos, letras, mensajes cargados de conciencia y energía, René Pérez, uno de los artistas hispanos más influyentes del rap ofreció un concierto con sold out al inicio de su gira “Las letras ya no importan”, mismo nombre de su más reciente producción musical.

El pasado 15 de septiembre, Madrid fue testigo de un show que no decepcionó, cargado de vibra y letras que resonaron con fuerza en el WiZink Center.

En contraste al nombre de la gira, su tarima presentaba un concepto visual único. En los laterales del escenario, dos mujeres sentadas capturaron la atención del público con sus actividades simbólicas cargadas de significado.

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A la izquierda de la pantalla central, estaba una de ellas frente a una máquina de escribir, tecleando como si estuviera plasmando en palabras los sentimientos, las historias y las luchas que se proyectaban desde la música. Y al otro lado, la otra mujer dibujaba, dando vida a su visión artística en tiempo real. Con trazos rápidos y en directo, creaba imágenes que parecían cobrar vida mientras Residente interpretaba sus canciones que abordan temas como la política, la lucha por los derechos humanos, las injusticias sociales y la identidad latinoamericana.

El repertorio fue una mezcla equilibrada de sus éxitos como solista y los temas más emblemáticos de la agrupación ganadora de 24 premios Grammy Latinos.

Con canciones íntimas como “René” o “Latinoamérica”, lograba desnudar su alma, conectar y tocar las emociones de los asistentes, al igual que logró poner a bailar con temas más enérgicos como “Vamo’ A portarnos Mal” y “Fiesta de Locos”.

Con una combinación de momentos de emoción, melancolía y fiesta. Residente se dirigió al público entre canción y canción, recordando la importancia de cuestionar el sistema, disfrutar la vida en todas sus etapas y mantenerse fiel a los propios principios.

El WiZink Center vibró con cada acorde y cada palabra. Las luces, que acompañaban cada momento del concierto, creaban una atmósfera que iba desde lo íntimo y reflexivo hasta lo explosivo y rebelde. La energía no decayó en ningún momento y los miles de asistentes no pararon de moverse y cantar durante las casi dos horas de concierto.

El evento fue mucho más que una noche de música y culminó con su versión más íntima y emotiva como con la que arrancó. Una velada llena de arte, reflexión, creatividad visual y energía transformadora que logró demostrar que las letras sí importan y que la música, la palabra y el arte visual convergen para contar historias poderosas.