El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, conversó con La W a propósito del aumento del precio del diésel anunciado el pasado 20 de agosto, cuando aseguró que existe “una inflación imaginaria que solo se puede resolver con el mundo real”.

El precio del diésel subirá 6.000 pesos entre este año y el próximo, el cual se aplicará en tres alzas semestrales de 2.000 pesos cada una. Con este incremento, el precio del galón del diésel quedó, en promedio, en 11.360 pesos y, según el Gobierno, si se considerara la inflación desde el 1 de enero de 2020, época en la que se congeló el costo de este combustible, hasta hoy debería tener un valor de alrededor de 13.200 pesos.

Sin embargo, este anuncio ha generado indignación por parte del sector transportador, por lo que este martes 3 de septiembre se lleva a cabo la segunda jornada de movilizaciones en varios puntos del país.

Al respecto, el jefe de la cartera de Hacienda aseveró en La W que los mismos gremios de transporte, durante las mesas de trabajo que sostuvieron, señaló que pidieron que el incremento fuera de montos grandes y no pequeños, por los ajustes de los fletes.

“Yo les decía: si usted lo hace de a $200, $300 o $500 pesos mensuales, nosotros no podemos ajustar los fletes, entonces hagámoslo en tres ajustes y cada ajuste implica un ajuste de fletes automático. Esa es una sugerencia de ellos, que no lo hagamos a pequeños, tramos sino a tramos que sean suficientes para ajustar”, afirmó.

Recordemos que en esta mañana se desarrolla una reunión con el Ministerio de Transporte para realizar unas mesas de emergencia con el fin de que quienes quieran conversar con el Gobierno, lo hagan. No obstante, algunos no se sienten representados por quienes están allí sentados, o no quieren asistir a las reuniones porque no se hablará del diésel.

“Hoy nos estamos enterando de que hay muchos que no están representados allí y que son los que están en las calles”, afirmó Bonilla.

El ministro también se refirió a que, pese a que en Colombia se produce el petróleo, no se cobra al costo a lo que le sale del sacarlo del pozo y refinarlo sino a precios internacionales porque toca transformarlo e importar petróleo liviano.

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