El pasado 20 de agosto, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, aseguró que “hay una inflación imaginaria que solo se puede resolver con el mundo real”. Por eso, anunció que el precio del diésel subirá 6.000 pesos entre este año y el próximo, que se hará en tres alzas semestrales de 2.000 pesos cada una.

Con el incremento, el precio del galón del diésel quedó, en promedio, en 11.360 pesos y, según el Gobierno, si se considerara la inflación desde el 1 de enero de 2020, época en la que se congeló el costo de este combustible, hasta hoy debería tener un valor de alrededor de 13.200 pesos.

Sobre cuál es la razón técnica para que el combustible diésel tenga que subir, el ministro Bonilla explicó que esto se debe a que esta tarifa se encuentra congelada desde hace 56 meses, es decir, enero de 2020.

“Ese congelamiento significa hoy un billón de pesos mensual que nos cobra Ecopetrol, porque se está vendiendo en las estaciones de servicio a un precio por debajo del que la petrolera factura este combustible”, explicó Bonilla.

Así, el ministro aseguró que eso significa que en estos 56 meses “le hemos pagado a Ecopetrol 56 billones de pesos exclusivamente por defecto y que este año tenemos que pagarle 12 billones de pesos exclusivamente por diésel y eso es mucho más que lo que tenemos que pagar al Fondo Monetario Internacional por el crédito que le hizo al país en el año 2020″.

Por eso, aseguró que bajo esas condiciones “es insostenible mantener esta carga”. Además, indicó que se sostuvieron muchas mesas de trabajo para abordar el programa de reposición, setup y registro de los controladores de carga de todo, pero en el tema del ajuste ellos dicen que es imposible mantenerlo congelado”.

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